Por Antonella Ladino
Cuernavaca, Mor., 28 de julio.- Su rostro irradia tristeza, realiza constantes vueltas en la explanada del zócalo como buscando algo.
Alma busca a su hijo Diego Armando Nieto que desapareció en agosto de 2011.
De su rostro desencajado se escucha que días después de su desaparición fue localizado su vehículo en una carretera rumbo al estado de Guerrero, pero no su cuerpo.
Desde ese día, Alma vive un infierno, padece insomnio y se le cae el cabello.
“A veces quisiera ir a un lugar muy alto, gritarle desde allá a mi hijo y que me responda ‘aquí estoy pero no’ ”, dice afligida.
Armando tenía 28 años, trabajaba como plomero electricista y su madre lo recuerda como un joven tranquilo, serio, alegre y sencillo.
Pero la esperanza de una madre nunca muere y pidió a Dios que cuide los pasos de su hijo, que vele sus sueños y los haga realidad.
A las autoridades demandó celeridad en las investigaciones porque a pesar de que la Unidad Especializada contra el Secuestro y Extorsión (UECS), tiene una recomendación de Derechos Humanos, argumentan que no hay elementos que pudieran dar con su paradero.
El destino de Armando estaba marcado, relató su madre, porque dijo que en una ocasión se encontraban en una panadería, en la calle Guerrero del centro de Cuernavaca, y descubrió que un hombre los espiaba con intención de robarlo.
Armando dejó un retoño y su esposa estaba embarazada pero tras su desaparición, Alma dejó de tener comunicación con la familia de su hijo porque se mudaron de domicilio sin avisar.
“Desde un principio sospeché de mi nuera porque uno no sabe los sentimientos de la otra persona que dicen que quieren a los hijos, y uno quiere lo mejor para ellos”, expresó Alma.
El 13 de agosto próximo, Armando cumplirá seis años de desaparecido y su madre aseguró que luchará hasta encontrar la verdad y se haga justicia. También prepara una misa, posiblemente en la Catedral de Cuernavaca.