Por Antonella Ladino
CUERNAVACA, Mor., 8 de mayo.- La contaminación de llantas ha sido un problema que hemos tenido siempre; como chofer veía muchos tiraderos de llantas, la gente las arroja sin importarle que puede contaminar.
Tal vez no puedo acabar con la contaminación de llantas, pero enseñando a las nuevas generaciones se puede contribuir a disminuir la contaminación y además de saber que con este material se pueden elaborar objetos artesanales, expresó Joel Pasos Ruiz, artesano ecológico de llantas.
Originario de Tezonapa, Veracruz, Pasos Ruiz inició en 1988 con la elaboración de objetos que sólo eran obsequios para sus familiares, más tarde se dio cuenta que este trabajo además de ayudar al medio ambiente, genera empleos a varias familias, además de un buen negocio. “Tal vez no me deja mucho dinero pero sí me alcanza para comer, para cubrir mis necesidades”, dijo.
Joel pasos relata me gustó este trabajo porque fue chofer por muchos años y veía los tiraderos de llantas y la contaminación que generaban. En algunas ocasiones la gente las quema y no sabe que degrada el medio ambiente.
«Un día manejando me pregunté: ¿qué será de mí cuando tenga que dejar mi trabajo como chofer, de dónde generaré ingresos para mi familia? Su respuesta a esto fue, ‘si hay muchas llantas tiradas me dedicaré a realizar objetos con ese material para venderlos y tener dinero'».
Posteriormente por la edad tuvó que dejar su trabajo como chofer y dedicarse a otras cosas como recolectar llantas y elaborar objetos artesanales decorativos como jarros, porta vasos, flores, maceteros, entre otros.
Joel ha impartido talleres en Chiapas, Tabasco y Poza rica y sus exposiciones han llegado a Monterrey, Chapingo y Toluca.
También ha tenido reconocimientos por parte de la Organización Mundial del Medio Ambiente, donde se le reconoce la labor de tallerista artesanal con más de 25 años de experiencia.
Además de ser buen negocio el reciclado de llantas genera empleo a las demás familias, estos objetos son vendidos y el precio varía depende el tamaño, desde 30 pesos hasta 800 pesos que son los jarrones más grandes.
El objeto que más se vende son las aves, sin embargo su equipo de trabajo realiza todo tipo de objetos, “me da gusto enseñar porque es como un trabajo en cadenitas porque después veo que a los que enseñé siguen enseñando en sus países y van generando empleo”.