Por JUSTINO MIRANDA
Cuernavaca, Mor., 6 de enero.- Su nombre es sinónimo de violencia, secuestros, homicidios y desapariciones, y sus actos delictivos como líder del Cartel de Los Rojos llenan los 15 expedientes entre averiguaciones previas y actas circunstanciadas que integró la PGR para perseguirlo a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).
A Santiago Mazarí Hernández, El Carrete, nacido en la comunidad de San Gabriel Las Palmas, municipio de Amacuzac, sur de Morelos, también lo persiguen desde 2009 el Ejército y la Marina pero sus intentos por detenerlo han fracasado en mas de cuatro ocasiones.
Su hit criminal documentado por la PGR considera una averiguación previa en 2009, 11 denuncias en 2012 y tres en el 2013. La mayoría por los delitos de secuestro, desapariciones, amenazas y extorsión.
En la averiguación previa AP/PGR/MOR/V/092/2014 obran las denuncias en contra de Santiago Mazarí y su tío Alfonso Miranda Gallegos, alcalde de Amacuzac en el trienio 2009-2012 y diputado local para el siguiente trienio (2012-2015). En ambos casos Miranda llegó bajo la invitación de la Coordinadora estatal del PT, Tania Valentina Rodríguez Ruiz, actual presidenta de la Junta Política y de Gobierno del Congreso de Morelos.
Miranda Gallegos fue detenido en febrero de 2018 en el Estado de México junto con un hombre apodado “El Telúrico”, uno de los lugartenientes de Santiago Mazarí, de acuerdo con el expediente formado por la PGR. Lo acusan de secuestro, homicidio, amenazas y delincuencia organizada.
Días después fue detenido Jorge Miranda Abarca, presidente municipal de Amacuzac con licencia porque enfrenta un proceso por el delito de homicidio y delincuencia organizada. Ambos siguen bajo proceso en prisiones de alta seguridad.
En la averiguación de la PGR se relatan secuestros, mutilaciones de víctimas y desapariciones de hombres y mujeres, cometidas presuntamente por Mazarí, también conocido como “El Ocho de Sonorita” y el “Señor de los Caballos”.
El nombre de Santiago Mazarí resurgió en esta administración por el actual Comisionado Estatal de Seguridad, Vicealmirante José Antonio Ortiz Guarneros, al decir que combatirán a la delincuencia y también al Cártel de Los Rojos, que lidera El Carrete.
La expresión del Vicealmirante ocurre en medio de una escalada de la violencia que suma cerca de 100 muertos desde el inicio de esta administración el 1 de octubre. Los homicidios violentos se anidan principalmente en municipios de la zona sur donde tiene presencia Santiago Mazarí.
El Jefe de la Oficina de la Gubernatura, José Manuel Sanz Rivera, afirmó que el repunte de los crímenes violentos al comienzo de esta administración se deben a la lucha entre carteles en la zona sur y oriente del estado.
Sanz prometió que esta administración acabará con ellos y sostuvo que la posición del gobierno “es no negociar absolutamente con nadie y sacar este tema de inseguridad adelante hasta conseguir la paz al precio que se sea”.
El diagnóstico sobre lo que se venía al inicio de esta administración fue adelantado por el organismo civil Observatorio Ciudadano de Morelos lo dijo en septiembre pasado.
“Fuimos enfáticos al asegurar que la entidad tenía en al menos 8 de los diez delitos de alto impacto altos índices de delincuenciales, resaltando cuarto lugar en secuestro, tercero en violación y sexto en robo con violencia, además de una alta cifra negra y una evidente percepción de inseguridad en la ciudadanía.
“Difícil tarea enfrenta el próximo Secretario de Seguridad Pública y el próximo gobernador Cuauhtémoc Blanco”, advirtió el organismo.
Su regreso
Un reporte de la PGR fechado en noviembre de 2016 da cuenta de la averiguación previa AP/PGR/MOR/UMAN/583/2008 donde lo procesan por delitos contra la salud, de acuerdo con la denuncia realizada por el Ejército Mexicano el 16 de septiembre de 2008. Los soldados lo detuvieron y lo pusieron junto con un paquete en forma de ladrillo de marihuana. Un reporte adicional de la Policía Federal vincula los orígenes del Carrete con el cartel de los Beltrán Leyva.
En el expediente sobresale la acotación: “Se observa que la persona antes citada no resultó ser farmacodependiente al consumo de ningún tipo de estupefaciente o psicotrópico, por lo que se determinó en ejercitar acción penal en su contra por el delito de contra la salud en la modalidad de posesión del estupefaciente denominado marihuana con fines de comercio en su variante de venta”.
En febrero de 2009, en la causa penal 86/2008, se resolvió que Santiago Mazarí fue encontrado penalmente responsable y se le impuso cinco años de prisión y 100 días multa.
Al parecer obtuvo su libertad meses después porque ese mismo año fue señalado como responsable del secuestro de un ganadero y al siguiente año, en 2010, participó en una cabalgata que organizó su tío Alfonso Miranda, entonces alcalde de Amacuzac. Según testigos en esa cabalgata participó el entonces gobernador del PAN, Marco Adame Castillo, actual vicepresidente de la Cámara de Diputados.
Con la llegada de Graco Ramírez al gobierno del estado, el Carrete libró una batalla con el exComisionado Estatal de Seguridad, Jesús Alberto Capella Ibarra, quien afirmó que durante su estancia mermó al 95% la estructura de Santiago Mazarí, pero nunca logró capturarlo.
El 9 de noviembre pasado la voz del Carrete sacudió a las autoridades porque a través de un mensaje subido a las redes sociales anuncia su regreso a Morelos.
La voz fue cotejada ministerialmente junto con otro mensaje que colgó en las redes sociales en mayo pasado cuando denunció traiciones de sus primos. En ambos casos confirmaron la autenticidad de su voz.
En su mensaje el líder del Cartel de Los Rojos pide a los morelenses no dejarse extorsionar por sujetos que usan su nombre. “Si necesito hablar con alguien yo los estoy mandando traer a todos los comerciantes, empresarios, para hablar con ellos y me hagan el favor de acabar con quienes andan secuestrando, pidiendo piso, robando casa habitación, carros; ando limpiando el estado desde diciembre para acá”, afirma.
Más adelante confiesa que regresa para retomar el estado “porque pus no podíamos con el freno que tuvimos con el gobierno que salió”, admite y advierte que mandará traer a todos los ricos y empresarios para que apoyen con la “limpia” de la plaza.
Su orden no es nueva porque en septiembre de 2014 un número de aproximadamente 20 hombres entre empresarios, comerciantes, productores y ganaderos de la zona sur del estado, atendieron su llamado para reunirse con él en el Estado de México, según relataron empresarios que acudieron al encuentro.
El escape
Septiembre de 2009. Un convoy del Ejército penetra la comunidad de San Gabriel Las Palmas, en Amacuzac, sur del estado, para detener al líder del Cartel de Los Rojos, considerado por los gobiernos federal y estatal como jefe de un grupo de narcotraficantes, secuestradores, extorsionadores y autores materiales de decenas de desapariciones.
Los soldados se dirigen hacia la casa de Mazarí Hernández pero sus “halcones” le avisan a tiempo y corre hacia la colonia El Progreso, contiguo a San Gabriel, donde se introduce de manera violenta a una casa. En ese lugar se cambia de ropa, deja unas alhajas dentro de un sombrero y libra del operativo militar.
El suceso quedó registrado en la averiguación previa Pl01/569/2012 iniciada en julio de 2012 en la Procuraduría de Justicia estatal, porque la hija de la dueña de la casa donde se refugió El Carrete, denunció la desaparición de su señora madre Flavia Domínguez Marice.
“Resulta que el tío de este señor (Santiago Mazarí) quien responde al nombre de Alfonso Miranda Gallegos, actualmente presidente municipal de Amacuzac, así como el padre del famoso Carrete, culparon a mi mamá porque decían que ella se había quedado con las alhajas y que ya habían ubicado el reloj por lo tanto desde entonces la de la voz y mi mamá recibimos amenazas por parte de esas personas, las cuales sospecho están involucradas en la desaparición de mi señora madre…”.
Otro episodio integrado en el expediente que formó la Procuraduría General de la República para perseguir a Mazarí Hernández, se remonta a julio de 2013 cuando fue secuestrado el ganadero Oscar Felipe Moreno Silva camino a su rancho en San Gabriel Las Palmas. Su familia fue advertida por los secuestradores de no dar aviso al Carrete ni solicitar su ayuda.
Al transcurrir 10 días del secuestros los negociadores se comunicaron con la familia de la víctima para decirles que recibirían un paquete con un teléfono móvil para comunicarse con su familiar. El “paquete” era una bolsa de plástico colgada en un poste del crucero de Cuauchichinola, municipio de Mazatepec, con dedos del ganadero.
“Sabíamos que eran de él porque mi papá tiene una malformación en sus dedos, y pudimos ver que la sangre era muy fresca, y momentos más tarde recibimos otra llamada de los secuestradores y me dijeron que era lo que le podía pasar y que si no reunimos el dinero que nos pedían la próxima vez nos mandaban la cabeza”. En ninguno de los casos se documentó la aparición de los cuerpos de las víctimas.
Para el sexenio 2006-2012 el nombre de Santiago Mazarí Hernández tenía resonancia mínima porque el estado se encontraba bajo el dominio del cartel de Los Beltrán Leyva, hasta que el líder del clan Arturo Beltrán Leyva fue abatido en un operativo de la Marina, en diciembre de 2009.
Su origen
La investigación de la PGR considera la declaración de un ganadero que describe la pobreza que vivió la familia de Santiago Mazarí pero “cuando comenzó a crecer se fue para Sinaloa y empezó a traer camionetas nuevas, caballos finos, y de ahí se quedó a vivir de nuevo en San Gabriel Las Palmas donde antes era muy tranquilo, pero después que Santiago regresó al pueblo empezaron haber muchos secuestros y extorsiones, y se le empezó a ver que andaba armado y con mucha gente con él.
El testigo narró que El Carrete compró un terreno donde tiene caballos pero sólo es para cubrir su verdadera actividad del secuestro y el narcotráfico, para lo cual cuenta con hasta 300 personas a su servicio. Unos los tiene a la entrada del pueblo y otros son los que le ayudan a los secuestros, dijo el testigo.
“Una vez fui a su casa porque había secuestrado a mi hermano y me dijo que él no lo había secuestrado ya que lo suyo, lo suyo es la venta de droga, la cual sube para arriba”.
Otra versión dice que el apodo de El Carrete se debe a que desde muy chico trabajó en Puente de Ixtla, contiguo a Amacuzac, en el traslado de hombres y mujeres que pretendían ingresar a Estados Unidos en calidad de indocumentados.
En esa actividad se involucró con grupos delictivos del norte del estado y después con el clan de los Beltrán Leyva hasta que se quedó como jefe de la plaza Morelos.
El reto
El contexto ofrece dificultades para el Vicealmirante José Antonio Guarneros porque en su primer mes al frente de la Comisión Estatal de Seguridad, el crimen organizado mató a tres elementos de la Policía Morelos, el último de ellos era un comandante de Cuernavaca que fue acribillado en su camioneta cuando regresaba a su domicilio después de la jornada laboral.
Organizaciones civiles dan cuenta del aumento de crímenes violentos en la zona sur del estado, principalmente en el municipio de Jojutla, territorio dominado por Santiago Mazarí.
Del reto que tiene el gobierno de Cuauhtémoc Blanco, el poeta Javier Sicilia afirma que el gobierno del estado podría disminuir el flagelo de la violencia “si junto con la justicia lo toma como agenda fundamental de su gobierno y trabaja con las organizaciones de víctimas y de derechos humanos como lo está haciendo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
“Por desgracia parece no darse cuenta de la dimensión de esta doble agenda fundamental para el Estado y el país. Ojalá lo entendiera y se pusiera a trabajar en ello”, sostiene.