•Edgar Adrián “N” ya acumula 68 años de prisión y la cuenta sigue subiendo; aún enfrenta cuatro procesos más. Su reinado de terror, que operaba desde redes sociales en Cuautla y Yautepec, se desmorona en los tribunales.
Redacción SL
Cuernavaca, Morelos. – Los candados de la prisión se cierran cada vez con más fuerza sobre Edgar Adrián “N”, identificado como un violador serial que sembró el terror en la zona Oriente de Morelos.
La Fiscalía General del Estado consiguió una nueva victoria judicial: la cuarta sentencia condenatoria en su contra, esta vez de ocho años por abuso sexual agravado, elevando su castigo acumulado a una demoledora cifra de 68 años tras las rejas.
Pero la pesadilla judicial para este depredador está lejos de terminar. Aún tiene pendientes otros cuatro procesos penales por delitos sexuales, lo que anticipa que su estancia en prisión podría ser de por vida.
El Engaño Digital: Un depredador que usaba la esperanza como carnada. El modus operandi de Edgar Adrián “N” era tan cruel como calculado: utilizaba la necesidad y la esperanza de sus víctimas. A través de anuncios en redes sociales, publicaba falsas ofertas de trabajo para atraer a mujeres. Una vez que establecía contacto, las citaba y las llevaba a domicilios donde desataba su violencia.
El caso que derivó en esta última sentencia ocurrió el 28 de diciembre de 2021. La víctima, engañada, acompañó a Edgar Adrián a una casa en la colonia Santa Cruz de Cuautla. Al llegar, la mujer presintió el peligro y se negó a entrar. Fue inútil.
El agresor usó la fuerza bruta para someterla y abusar de ella.Acorralado por las pruebas irrefutables del Ministerio Público, y con el consejo de su defensa, el criminal aceptó su culpa en un procedimiento abreviado, una confesión que le suma ocho años a sus tres sentencias previas, cada una de 20 años por violación.
La Caída: La valiente agente encubierta y el salto al vacíoSu captura en julio de 2022 no fue producto de la casualidad, sino de un acto de astucia y valentía por parte de la Fiscalía de Morelos. Ante la serie de denuncias con el mismo patrón, se montó un operativo de inteligencia.
Una agente especializada de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), actuando de manera encubierta, se hizo pasar por una interesada más en las falsas ofertas de trabajo. Logró contactar al depredador, siguió su juego y concertó una cita.
El día pactado, en el fraccionamiento Brisas de Cuautla, otros agentes desplegaron un operativo de vigilancia. Vieron a Edgar Adrián “N” fumando marihuana.
Al percatarse de que su trampa ahora era para él, entró en pánico. Corrió desesperadamente hacia un campo de cultivo y, en un último intento por escapar, se arrojó a una barranca de 10 metros de profundidad.
Su huida fue en vano. Fue capturado y el meticuloso trabajo pericial comenzó a vincularlo, una por una, con un total de ocho denuncias por violación y abuso sexual en Cuautla y Yautepec.
La historia de Edgar Adrián “N” es un sombrío recordatorio de los peligros que acechan en el mundo digital, pero también es un testimonio del poder de la justicia cuando actúa con inteligencia y determinación. Mientras las víctimas continúan su proceso de sanación, el sistema judicial se asegura de que este depredador no vuelva a dañar a nadie. Sin Línea seguirá de cerca el desarrollo de los cuatro juicios restantes hasta que se dicte la última sentencia.