Lo que viene tras la captura de El Señorón; podría delatar a sus protectores

EL UNIVERSAL

Desde hace dos años su nombre comenzó a figurar en incontables narcomantas dejadas en municipios de Morelos. Las firmaban los Beltrán Leyva, Gente Nueva y Los Maya, entre otros grupos delictivos que operan en el estado.

Fueron abandonadas al lado de cuerpos desmembrados en Jiutepec, Cuernavaca, Miacatlán, Cuautla, Puente de Ixtla, Tetecala, Temixco y Mazatepec.

Hacían referencia a un líder criminal cuyo nombre había comenzado a sonar en Morelos tras la captura del líder de los Rojos, Santiago Mazari Miranda, El Carrete: le apodaban El Señorón.

Según otra narcomanta, este sujeto había asesinado, a principios de 2020, al comandante Luis Alejandro Radilla, acusado de proteger al grupo de Los Maya (dirigido por Abel Maya, uno de los jefes criminales más poderosos de Morelos).

En un video dado a conocer en marzo de ese año, gente de El Señorón interrogó a dos muchachos, prácticamente dos niños, que confesaron dedicarse al robo de bolsas y motocicletas. Los niños fueron ejecutados frente a la cámara, para escarmiento de los ladrones. Su muerte quedó firmada de este modo: “Atentamente, El Señorón”.

En abril de 2020, en pleno repunte de la pandemia y a tres cuadras de la oficina del gobernador Cuauhtémoc Blanco, hombres vestidos de negro iniciaron en el centro de Cuernavaca el reparto de despensas. En cada una de las bolsas entregadas figuraba ese mismo sobrenombre: El Señorón.

En menos de un año su rostro y su nombre (Francisco Javier Rodríguez Hernández) figuraban en espectaculares colocados en diversos puntos del estado. Se ofrecía una recompensa de 500 mil pesos por su captura.

En este espacio se señalaron algunos domicilios en los que, según reporte de autoridades estatales, El Señorón había sido ubicado: Orquídea 9, Atlacomulco 4, Jazmín 53, en Cuernavaca, así como en Vicente Guerrero 82, en Jiutepec.

En los municipios arriba señalados era frecuente ver el paso de camionetas con la leyenda “El Señorón”.

En septiembre de 2011, periódicos de Morelos dieron a conocer un caso de violencia familiar ocurrido precisamente en Jiutepec. Un policía ministerial de nombre Israel Rodríguez Arce había golpeado —una vez más— salvajemente a su esposa y la había amenazado con matarla o bien con quitarle a sus dos hijos “si no regresaba con él”.

Los hijos de Rodríguez Arce se hallaban en el domicilio. Habían crecido en una atroz atmósfera de violencia. Le pidieron auxilio a unos vecinos, quienes lograron someter al policía. El sujeto se identificó como escolta de un legislador federal. Aun así, Rodríguez Arce fue puesto a disposición bajo la carpeta SC01/8945/2011.

Uno de los hijos de aquel agente ministerial era precisamente Francisco Javier Rodríguez Hernández, al que una década más tarde se conocería como El Señorón, El XL o El Colombiano (porque en connivencia con funcionarios de Morelos había introducido en el estado el método conocido como “gota a gota”, operado justamente por bandas integradas por colombianos).

Hace meses causó sorpresa una fotografía de 2012 en la que Rodríguez Hernández aparece como miembro de las redes juveniles del PAN morelense, haciendo campaña por la entonces candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, e integrado a las redes del hoy exgobernador Marco Antonio Adame, y del exlegislador Daniel Martínez Terrazas.

En aquel entonces era un miembro activo, y entusiasta, de Acción Nacional. Repartía volantes y tocaba el tambor en las campañas electorales.

Según las investigaciones, Rodríguez Hernández habría conocido el bajo mundo del área metropolitana de Cuernavaca gracias a los contactos de su padre, quien fue secuestrado por el grupo de los Beltrán Leyva en septiembre de 2020 al lado de dos sicarios, “Clave 91” y “Clave 23”, que habían tomado parte en un ataque en contra de un centenar de personas que asistían a un velorio en la colonia Antonio Barona: ocho de ellas perdieron la vida, 14 más resultaron heridas. Al cabo, a su padre le perdonaron la vida.

Se acusa a El Señorón de haber ordenado la muerte de decenas de personas, entre estas, tres médicos asesinados hace dos años en Puente de Ixtla.

Se cree que tejió una red de laboratorios para la producción de drogas sintéticas y que hizo alianza con Irving Eduardo Solano Vera, El Profe, uno de los líderes del Cártel Jalisco en Morelos —quien hace unos meses apareció en una foto al lado del gobernador Cuauhtémoc Blanco.

El viernes 29 de abril, en un operativo armado por la Marina, El Señorón fue ubicado en un condominio de lujo situado en Mazatlán, Sinaloa: Residencial Pacífica. Según el parte, fue aprehendido en un operativo “limpio”, en el que no hubo disparos.

Se espera que la captura provoque un tsunami de aprehensiones entre presidentes, expresidentes, legisladores, e incluso miembros del gabinete estatal, de los que Rodríguez Hernández recibió protección, y con los que estuvo relacionado.

Desde hace meses se habla de las redes de narcopolítica en el estado. Cuestión de tiempo para que estalle un Morelazo.