53 años de autonomía universitaria: UAEM

Por Uzziel Becerra

El 22 de noviembre de 1967 la Universidad Autónoma del Estado de Morelos obtuvo su autonomía constitucional con una promulgación de su Ley Orgánica, permitiendo el goce de los principios de autogobierno y autorregulación, en lo administrativo, normativo y financiero, como elementos claves para garantizar la investigación científica y humanística, la libertad de pensamiento y de cátedra, el pensamiento crítico e ilustrado, la difusión de la cultura y del conocimiento científico, frente a los intereses de cualquier grupo político, corporación o gobierno autoritario que busque cooptarla, subordinarla y distorsionar el carácter laico, crítico, científico e ilustrado de la máxima casa de estudios de Morelos. Por eso es importante reconocer y defender la autonomía universitaria, a 53 años de esa conquista.

En su época reciente, la UAEM tuvo que recuperarse de un desgaste institucional causado por pulsiones autócratas internas y un déficit financiero de dimensiones estratosféricas, causado por la conocida investigación periodística de desvío de recursos públicos, nombrada la “estafa maestra”. Con dicho desgaste institucional, la Universidad había quedado en tela de juicio frente a la sociedad respecto al cumplimiento de sus objetivos fundamentales, pues en su dinámica pretendía reaccionar ante un gobierno acostumbrado a cooptar a otros órganos públicos, como el Congreso y el Poder Judicial, sin embargo, la autonomía fue lo único que pudo salvar a la UAEM y le posibilitó recuperarse de esa debacle.

Lo anterior ha puesto en la presente administración el reto de sanear las finanzas de la universidad para garantizar los derechos laborales de sus académicos, administrativos, personal de confianza y también de la comunidad estudiantil que ya registra más de 43 mil personas. Y con nuevas propensiones autoritarias que buscan cooptar la autonomía de las Universidades desde el gobierno federal, con el objetivo de controlar la gestión del libre pensamiento en favor de una visión de gobierno con una narrativa de transformación, surge el gran reto de defender la autonomía universitaria y a su vez solicitar apoyo financiero para librar las cifras deficitarias que nos arrastra el pasado. Esa será una de las luchas más constantes de nuestro futuro previsible, y los universitarios tenemos que estar listos para defender nuestra autonomía.

Y es que para muchos la defensa de la autonomía se ha entendido como la defensa de la opacidad o del manejo indiscriminado de recursos. Nada más alejado de la realidad. En palabras del Rector de la UAEM, Dr. Gustavo Urquiza Beltrán: “En el presente, la autonomía universitaria no implica aislamiento, ni manejo irresponsable de los recursos. Además de autogobierno y autorregulación interna, la autonomía presupone: transparencia y rendición de cuentas, evaluación de su desempeño, modernización de sus procesos, utilización de las mejores prácticas en la enseñanza, promoción de la investigación científica, de las humanidades y las artes, libertad de catedral, y deliberación publica de su presente y de su futuro. Que se combinan con la calidad de los programas académicos y de investigación, con la gestión eficiente y eficaz, así́ como con las políticas de austeridad que se han implementado para enfrentar la crisis financiera que aún persiste en nuestra institución”.

Lo anterior hace eco ante los intentos del Congreso del Estado de Morelos de pretender elegir a un contralor externo para la UAEM, transgrediendo su autorregulación, autoevaluación y autogobierno, pues la Universidad ya cuenta con un titular de Contraloría, auditorías, entre otros órganos de vigilancia en la aplicación de recursos y finanzas, por lo que todo intento de nombrar a un contralor externo para regular la vida interna de la UAEM es claramente un atentado a su autonomía. Por su parte la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de una tesis aislada, señala que “las universidades públicas son organismos públicos descentralizados con autonomía especial, que implica autonormación y autogobierno, en atención a la necesidad de lograr mayor eficacia en la prestación del servicio que les está atribuido y que se fundamenta en su libertad de enseñanza, sin que por el propio Estado, restringa a sus fines”.

De esa forma, al tomar como ejemplo a la UNAM, la SCJN señala “ésta se encuentra facultada para gobernarse a sí misma, a través de sus propios órganos, así como para autonormarse o autoregularse, es decir, aprobar las normas que habrán de regir a su interior, lo que se traduce necesariamente en la aprobación y emisión de su propia legislación, así como en la creación de sus propios órganos de gobierno, entre ellos los encargados de resolver las controversias que se deriven del incumplimiento de su propia normativa. Pero debemos señalar que, pese a que la Universidad es autónoma y puede regularse a sí misma, no está exenta de responsabilidades en el ejercicio de sus atribuciones como autoridad: la defensa y garantía de derechos humanos.

En suma, la autonomía entendida como capacidad de autogobierno para legislar, administrar y decidir, es una condición sine qua non de la garantía de la libertad de catedra, la libre expresión de ideas, la producción científica y humanística, la libertad de pensamiento, publicación, divulgación, entre otros aspectos fundamentales para sostener el espíritu ilustrado de toda universidad. La defensa de la autonomía universitaria es, por lo tanto, la defensa del pensamiento universal con todas sus virtudes y consecuencias: el aumento en la calidad de vida de todas las personas. Sin ellos carecería de sentido la defensa de una educación superior laica, científica, humanística e ilustrada.

Los universitarios podemos sentirnos orgullosos de contar hoy con un liderazgo institucional que ha logrado dar continuidad a los trabajos de la UAEM pese a la crisis económica, crisis sanitaria (pandemia de covid-19) y la crisis como la derivada del sismo del 2017, en el que diversos edificios como el principal tuvieron que ser reconstruidos. Pese a una realidad adversa y compleja, la universidad ha salido a flote, con una responsabilidad pública de producir conocimiento científico, humanístico e ilustrado capaz de ofrecer alternativas de solución a problemas privados y públicos de la ciudadanía en Morelos, México y el mundo. Así lo han demostrado generaciones de egresados que, con su profesionalismo y preparación, han logrado tener impacto a nivel estatal, nacional e internacional. No olvidemos la lucha por la autonomía y su relevancia para continuar haciendo de nuestra Universidad, la más importante del Estado de Morelos.

*Consejero Universitario de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAEM. Representante del CEA de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas en Morelos. Secretario de Asuntos Políticos en el Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública Sección Morelos. Representante de Morelos en el Congreso Nacional Universitario.