Redacción SL

Cuernavaca, Mor.- El mole de guajolote y el atole de trigo son los dos alimentos que Magdalena Ramírez prepara desde hace varios años para evitar que desaparezcan.

Es originaria del municipio de Totolapan, en los Altos de Morelos y refiere que aprendió a cocinar cuando tenía 15 años de edad. Gracias a la enseñanza de su madre, Magdalena ha tenido la oportunidad de viajar a otros estados del país para representar a Morelos en temas de gastronomía.

Recuerda que hace unos años acudió al festival Cervantino y al festival de pueblos mágicos en Michoacán. Además, ha participado en diversos eventos locales y también al foro mundial de la gastronomía en la Ciudad de México.

“Mi mamá me enseñó cuando tenía 15 años porque se daba cuenta que me empezaba a gustar la cocina, al principio preparaba algo sencillo y después me interesó la preparación del mole. Me gusta hacer de todo, pero lo que más nos identifica como municipio es el mole de guajolote y el atole de trigo, que poco a poco se están perdiendo y por eso lo quiero rescatar”.

Para el caso del mole, contó, su gran sabor proviene de la forma de cocinar cada ingrediente y posteriormente molerlo en el metate, un utensilio utilizado desde tiempos prehispánicos.

“Al principio me daba miedo matar al guajolote, pero uno se acostumbra porque al final son animales que son para ese fin, el de alimentarnos”.

Dijo que otro platillo típico de Totolapan es el caldo largo o caldo de barranca, un platillo de supervivencia elaborado con guaje a la mexicana.

Magdalena y Diana participaron en el cuarto encuentro de cocineras tradicionales que se realizó en el municipio de Xochitepec y coincidieron en que se deben rescatar las recetas tradicionales tanto del mole como de los atoles.

Diana Estrada, originaria del poblado de Cuentepec, municipio de Temixco dijo que lo especial es el mole rojo, que tiene una elaboración artesanal debido a que es molido en el metate.

Refirió que gracias a la receta de su abuela han podido participar en los eventos gastronómicos que se realizan en el estado.

“En Cuentepec hacemos la salsa de ciruela con la receta de la abuela, esta fruta se da en los campos de Temixco, cuando es temporada se recolecta y se almacena en el congelador para que conserve su sabor todo el año”.

A decir de Diana con el paso de los años, la elaboración artesanal del mole rojo y verde se va perdiendo y ahora las familias compran la pasta en el supermercado.