•Linchan a presunta responsable de matar a una niña.
Por Tony Díaz
Este jueves Santo el municipio de Taxco, Guerrero, se convirtió en un escenario sangriento al tomar justicia por propia mano el pueblo, tras el infanticidio de Camila.
El hartazgo social, la indignacion y el dolor, fueron detonantes para que la turba enardecida tomara justicia por su propia mano convirtiendo a Taxco en un escenario sin piedad, como si el mismo diablo anduviera suelto.
La muerte de Camila indigno tanto a la población, que cancelaron su tradicional procesión del «Jueves Santo» para pedir justicia por el infanticidio cometido contra la menor.
Sustrajeron a los tres probables responsables de su casa, los golpearon hasta llegar casi al linchamiento, llevaron a cabo bloqueos, volcaron automóviles del transporte público escribiendo en ellos la palabra «Asesinos».
El pasado 27 de marzo, la menor Camila de 8 años de edad, ocuparon como gancho una invitación para ir a jugar en la alberca a la casa de su mejor amiga, pero nunca regreso a casa.
En redes circulaban varios videos en los cuales se observaba a Camila ingresar a la casa a la que fue invitada; en otros videos se aprecia a Ana Laura «N» y a su pareja con bultos aparentemente de ropa y una bolsa negra, los cuales fueron introducidos en la cajuela de un taxi que ellos tenían.
Horas después los padres de Camila recibirán una llamada en la cual les pedirían 250 mil pesos como rescate por el secuestro de su menor hija.
En las 4:00 horas del 28 de marzo el cuerpecito sin vida de Camila dentro de una bolsa negra fue localizado en las inmediaciones de la carretera Cuernavaca- Taxco.
La Fiscalia de Guerrero inició la carpeta de investigación por el delito de homicidio en agravio de Ana Laura, quien perdiera la vida en las instalaciones de la Fiscalía aparentemente por los golpes que recibió, también trascendió que su hijo ha fallecido por la misma causa. En el video se puede observar al castigo que fue sometida por la furia colectiva.
Siempre los crímenes cometidos contra los niños serán reprobados, pero también la irresponsabilidad de los padres que caen en el delito de omisión de cuidados.