Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 22 de julio.- El mayor obstáculo para deshacerse del plomo con que se elabora el barro vidriado en Tlayacapan son los procesos ancestrales, afirmó Martha Solé Valois, Directora del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), de la Secretaría de Desarrollo Social, delegación Morelos.

La encargada del programa expresó que desde hace dos años trabajan con los alfareros del pueblo mágico de Tlayacapan, para enseñarles sobre el uso de lacas libres de plomo, así como procedimientos que no causen que la unión de materiales derive en un producto contaminado.

Detalló que hasta el momento son 90 los alfareros que han recibido dicha capacitación, pagada por Fonart nacional, que se da cada seis meses.

El proceso inicia con un grupo que debe acreditar que usan el barro y no pastas o cerámicas, además de los trámites ante dicha instancia. Una vez que se sortean los trámites burocráticos, la capacitación se da en el lugar de trabajo de los alfareros donde se les indica qué productos están libres de plomo para dar el acabado vidriado a sus piezas.

“Sí hay renuencia, es natural, el barro se ha trabajado para hacer piezas utilitarias desde tiempos prehispánicos, es una tradición generacional, pero cuando se les explica el daño a la salud que se ocasiona, principalmente los alfareros al manipular estos productos o en los procesos, se dan cuenta del daño que se hacen”, comentó.

Una vez entendido lo anterior, no hay marcha atrás, afirmó, los alfareros optan por los productos libres de plomo que incluso son más baratos algunos de ellos, por ende el costo de las piezas no se incrementa, que es una de los temores de los productores.

La encargada del Fonart en Morelos adelantó que se realiza un censo, no sólo en Tlayacapan, sino en los 33 municipios, para ubicar a los alfareros, los materiales que usan e identificar si sus productos son libres de plomos u otras  sustancias dañinas a la salud, en tanto tienen en puerta la realización de otras dos capacitaciones en el municipio reconocido por su artesanía de barro.

La greta (óxido de plomo) es el nombre que recibe el esmalte, el cual es tóxico para los productores, sus familias y para los consumidores de piezas utilitarias como platos, ollas, cazuelas, tazas, vasijas, salseras y demás piezas que se usan para preparar almacenar, servir o cocinar alimentos y líquidos.

A partir de la década de los 90 se comenzaron a emplear esmaltes libres de plomo que no conllevan riesgos a la salud ya que la intoxicación por plomo (envenenamiento conocido como saturnismo), provoca daños al sistema nervioso central, síntomas demencia, convulsiones, daño irreversible a los órganos internos, entre otros.