Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 23 de diciembre.- Al oriente de Morelos se ubica el municipio de Temoac y sus cuatro pueblos Popotlán, Huazulco , Temoac y Amilcingo. De ésta última comunidad indígena era oriundo José Luis Luna Rodríguez, uno de los 43 normalistas desaparecido el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

Macedonia, mamá  de José Luis, quería que el joven se dedicara a trabajar para ayudar a la familia de forma económica. Sin el apoyo de una pareja y con otras dos hijas, Macedonia se ganaba la vida en su pequeño negocio de obleas de amaranto, una de las principales actividades económicas del lugar.

“José Luis quería ser policía o militar para ganarse la vida y ayudarme con los gastos, para darme lo que quisiera”, expresa melancólica Macedonia, una mujer bajita, con los ojos tristes y envuelta en un rebozo rosa mexicano sobre la cabeza.

Luego, confiesa, su hijo cambio de pensamiento y un día le contó sus aspiraciones de ser maestro. Le pidió su apoyo para irse a la Normal Rural de Ayotzinapa, en Guerrero, entidad que colinda con el sur de Morelos.

José Luis se fue a seguir su sueño, sus ganas de enseñar, ganarse la vida dando clases y ayudar a su mamá para que ya no trabajara todo el día.

“Yo lo dejé estudiar, nunca, jamás pensé que me lo iban a desaparecer. Ya son 27 meses que no sé nada de mi hijo, lo que sí sabemos es que lo agarraron las policías, los militares”, expresó.

Macedonia habla rápido, atropellado, repite una y otra vez que a su hijo se los llevaron los elementos policiacos, los militares.

La madre de José Luis vive desde hace más de dos años en la normal de Amilcingo, donde otras 42 familias también han hecho de la escuela su hogar.

Antes éramos perfectos desconocidos, no sabíamos nada de ellos ni de sus hijos, hoy lo sabemos todo, relata.

La mujer mira a su alrededor, sólo algunos curiosos se detienen para observar unos momentos lo que pasa, una caravana de los familiares de los desaparecidos llega a la ciudad de la eterna primavera para seguir con su demanda, la aparición con vida de los 43 normalistas.

Yo no sabía que eran tantos los desaparecidos, que tanta gente lloraba la ausencia de sus hijos, de sus seres queridos, sólo cuando estás en esa situación te das cuenta que son miles.

Durante el mitin, hecho en la recién remodelada Plaza de Armas de Cuernavaca, se hizo el anuncio que los familiares de los desaparecidos partirán este sábado rumbo a la ciudad de México. Antes irán al pueblo mágico de Tepoztlán donde diversas organizaciones los recibirán en apoyo de su demanda.

Una vez en la capital del país, irán a la basílica de Guadalupe donde el obispo Raúl Vera y el obispo de Acapulco Carlos Garfias oficiarán la misa.

“Vamos por el milagro, vamos para que la virgen de Guadalupe nos oiga y regrese con vida a nuestros hijos”, pide ya que, admitió, sólo le queda fe en lo divino.

Macedonia admitió que no tiene confianza ni esperanza en las autoridades, quienes insisten en incriminar a los jóvenes desaparecidos con la célula criminal de Los Rojos. “Cómo va a ser Rojo, yo sé cómo eduqué a mis hijos, yo sé cómo era mi muchacho, era un joven bien inquieto pero era bueno, por eso se fue a estudiar”, dice enfática.

A tan sólo unas horas de que se celebre la noche buena y Navidad, la madre de José Luis recuerda, y al hacerlo su melancolía desaparece por unos momentos, lo que preparaba para su hijo en estas fiestas.

“A él le gustaba que le hiciera tamales rojos y su champurrado, hasta comprábamos pastel para la cena de navidad o de año nuevo, pero este año no, este año no llegará a cenar”.