Por Antonella Ladino

Cuernavaca, Mor., 27 de mayo.- Sus amigos se lo llevaron a un bar del Estado de México pero ya no regresaron con él. Esa noche bebieron, bailaron pero después sus padres ya no supieron nada del joven de entonces 21 años de edad; estudiaba ingeniería y estaba en proceso de obtener una patente por un sistema de tratamiento de aguas residuales.

Oficialmente Tonatiuh Tlalapango Flores, originario de Cuernavaca, desapareció el 8 de octubre de 2016 y su cuerpo fue localizado en una fosa clandestina del Estado de México, en abril pasado.

Sus padres, un ingeniero y una juez del Tribunal Superior de Justicia del estado, exigieron los exámenes de genética para comprobar que se trataba del cadáver de su hijo porque mantenían sus dudas, pero sobre todo albergaban la esperanza de que Tonatiuh siguiera vivo.

Fabián Tlalapango y Efigenia Flores, padres de Tonatiuh, están separados y cada quien por su lado buscaron que las autoridades estatales aceleraran los estudios de genética, pero el más activo fue Fabián al emprender la campaña “Buscando a Tona” y colocar unos diez espectaculares en las unidades del transporte público para localizar a su hijo.

También participó en varias marchas como la del 1 de mayo por el Día del Trabajo y la marcha por la paz que encabezó el obispo Ramón Castro.

En esas manifestaciones exigió a la Fiscalía General del Estado aplicar la ley contra tres detenidos en calidad de presuntos responsables, pues teme un sesgo legal debido a que dos de los tres procesados trabajaban en el Poder Judicial hasta antes de su captura. El tercero, al parecer, era auxiliar de Ministerio Público.

La partida

El viernes 7 de octubre Tona salió de su casa ubicada en la colonia Antonio Barona de Cuernavaca para acudir con un grupo de amigos a la inauguración de un bar, pero en el trayecto cambiaron de planes y se dirigieron al Centro de Espectáculos Carranza en el Estado de México.

Las investigaciones preliminares suponen que Tona y sus tres acompañantes departieron esa noche, así lo demuestra un video subido por el joven a la red de Wats Up para dar cuenta de su alegría. Se le ve alegre y con cierto grado de alcohol consumido.

Dice su padre que desde la madrugada del 8 de octubre no supieron mas de su hijo por lo que acudió a presentar una denuncia por desaparición, sin embargo, a los tres días recibió una llamada telefónica de los presuntos secuestradores para pedir 3 millones de pesos como rescate. Nunca le dieron pruebas de vida y tampoco habló con su hijo.

Fabián Tlalapango dice que circunstancialmente las llamadas telefónicas cesaron en diciembre pasado cuando elementos de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS), detuvieron a tres jóvenes por su presunta autoría en la retención, secuestro y homicidio de Tonatiuh Tlalapango.

Ellos son Jorge Alfredo, Víctor Manuel y Jonathan, los mismos que invitaron a Tona al Estado de México, en ese centro de diversión situado cerca de las pirámides de Teotihuacán.

El 25 de abril pasado, luego de la detención de los presuntos responsables, autoridades del Estado de México notificaron a su similar de Morelos del hallazgo de un cuerpo humano en una fosa clandestina situada en el poblado de San Agustín Actipan. Al papá le dieron que el cuerpo en avanzado estado de descomposición correspondía a las   características de su hijo.

Fabián Tlalapango pidió la realización de las pruebas de genética y los resultados fueron positivos. El cadáver permanece en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Texcoco, Estado de México.

 

Su proyecto de vida

El joven de 21 años estudiaba una ingeniería civil en el Tecnológico de Zacatepec y estaba en proceso de obtener una patente por el diseñó de un sistema de tratamiento de aguas residuales. También tenía en proyecto crear la fundación “Consultores Ambientales JR” para ayudar a las comunidades con mayores carencias.

El pasado 11 de enero cumplió 22 años y la fecha sumió en la nostalgia a su padre. “Derrumbaron mi mundo”, dijo.

Sin embargo en su cuarto, sobre una mesa, fue colocado un pastel de chocolate. Su cama sigue tendida, casi 20 pares de zapatos y unos sombreros tipo tejano forman parte del espacio donde Tona vivió los últimos ocho meses con su padre Fabián Tlalapango Carrasco.

En ese cuarto donde el joven universitario pasaba la mayor parte de su tiempo también fue colocada su fotografía y una veladora que acompaña a la imagen de la Guadalupana.

Su cuerpo regresará la próxima semana para ser sepultado en el panteón de la Paz, en Cuernavaca, mientras tanto su padre busca apoyo para rendirle un homenaje.