Por Leticia Villaseñor
Cuernavaca, Mor., 9 de junio.- La gente hace fila para entrar, espera ansiosa al «Huracán», «Canek», «Fuerza guerrera2 o «Máscara Sagrada», pero especialmente los estelares «Octagón» y «El Hijo de Octagón» pero no para verlos luchar sino para comérselos.
Los motes de los profesionales de la lucha libre fueron elegidos para dar nombre a las tortas que el legendario «Octagón» ofrece en su nueva faceta de empresario, en la ciudad que lo vio nacer como luchador.
Ataviado con su inseparable máscara y su porte distinguido, «Octagón» atiende personalmente a su clientela, se toma la foto del recuerdo con todos, especialmente los niños, y con el más fanático que compra la máscara del ídolo y se va con una leyenda y autógrafo del luchador.
Sencillo, amable y sonriente, «Octagón», admite que inició el negocio con su entrañable amigo Joe porque «llevo 35 años sobre el cuadrilátero, quiero seguir haciendo lo que me gusta que es luchar, pero ya no tengo 20 años», expresa mientras presume la mayor atracción de la carta, una baguet de unos 50 centímetros, que lleva, entre otras cosas, 2 kilos y medio de carne, quesos, tocino, salchicha, verdura, papas fritas, «si te comes una de estas en 20 minutos, no la pagasy te regalo otra», es el reto para el comensal.
«Octagón» recordó que en los 80, la primera oportunidad que tuvo para luchar fue en la extinta «Arena Isabel», ubicada sobre bulevar Cuauhnáhuac, en pleno centro de Cuernavaca. «El doctor Cué -dueño de lugar-, fue quien me dio mi primera oportunidad, de esa arena salimos muchos luchadores profesionales y que mejor que empezar mi faceta de empresario en esta ciudad de oportunidades, que me vio nacer como un profesional de la lucha libre», dijo orgulloso.
El oriundo de Xalapa, Veracruz, busca dar ejemplo a sus compañeros, aunque reveló que desde la secundaria vendía toratas para comprar lo que quería; «se puede hacer otra cosa, el discurso de que no sabemos hacer nada no es válido. Amamos el cuadrilatero pero también nuestro desempeño, yo no quiero seguir luchando si no es con toda mi capacidad, por eso decidí iniciar el negocio de «La Octagonal & Joe» y «Octasushi», ambos de reciente apertura en la ciudad de la eterna primavera que operan de martes a domingo, en el caso de la tortería, y los fines de semana el expendio de suchi.
El lugar está ambientado con muebles de madera, una barra al centro con bancos altos y en medio una pared con las fotos de «Octagón» y otros ídolos de la lucha libre. El local de sushi, que se ubica a un costado, es más privado pero prevalece el buen gusto en la ambientación. Por el momento no está funcionando al 100% ya que faltan algunos detalles que ajustar, pero el perfil del lugar es para aquellos amantes de la comida más sana, sin tantos carbohidratos.
Si bien ambos locales son los primeros, el sueño del luchador es crear una cadena y ya contempla la apertura de sucursales en su natal Xalapa, en el puerto de Veracruz y en la Ciudad de México.
«Esto lo hacemos con mucho gusto, mi meta siempre han sido los niños que se emocionan con todo esto; los jovenes andan medio desbalagados pero los vamos a meter al ring, los papás deben estar atentos pero si podemos ser ejemplo a seguir con mucho gusto nos tomamos la foto con ellos, les damos los autógrafos que pidan y los hacemos sentir bien, les damos un producto de calidad y una cálida atención», compartió.
Además de la comida, el profesional de la arena adelantó que para el próximo día del padre estará en el local «Estrellita», a partir del mediodía hasta las 15:00 horas, además de sus compañeros profesionales que también lo han apoyado en esta nueva faceta de su vida.
En el lugar hay una exhibición de unas 50 máscaras de sus compañeros, que le fueron donadas para que sea un atractivo más del lugar, que se ubica a unos cuantos metros de Plaza Cuernavaca, sobre la avenida Poder Legislativo de Cuernavaca.