Por Antonella Ladino

Cuernavaca, Mor., 16 de junio.-  “Quieres salir a jugar, te me vas descalza porque vas a dañar los zapatos”, decían a Mónica Ocampo cuando apenas se iniciaba en el futbol y practicaba en las calles de Teuixtla en el municipio de Jojutla al sur de Morelos.

La futbolista morelense Mónica Ocampo, soltó en llanto cuando recordó que desde pequeña tuvo que jugar descalza porque solo tenía unos zapatos para la escuela y un par de tenis que utilizaba para su clase de Educación Física.

“Nosotros teníamos nuestros zapatos para ir a la escuela y los tenis que eran para Educación Física, entonces era de salirnos a la calle empedrada a jugar y mi mamá decía, quieres salir a jugar te me vas descalza porque vas a dañar los zapatos y luego no había dinero para comprar otros, entonces son de las cositas que me han costado y ahora agradezco a mis padres por el apoyo”, expresó Mónica durante su participación en el marco de la semana de la Sensibilización de la violencia realizado en el ayuntamiento de Cuernavaca.

A los seis años Mónica era la estrella del equipo varonil de Jojutla. En 2006, fue reconocida por la Federación Internacional de Futbol (FIFA) como una de las 20 mejores jugadoras del mundo. En el 2011 anotó el mejor gol del mundial mayor contra Inglaterra, consiguió cuatro títulos nacionales con leonas Morelos en la Liga Mayor Femenil.

Tras anotar ocho goles en el primer torneo de copa profesional de México fue considerada la mejor del torneo por lo que dijo, “cumplí mi sueño, el sueño de todas las que un día soñamos jugar una liga MX”.
Cuando empezó a jugar futbol en la calle con niños escuchó comentarios como “esa niña que se vaya a la cocina, que se vaya a lavar los trastes” pero esas críticas la impulsaron cada día a ser mejor.

“El decir, ah, esa niña que se vaya a la cocina, esa niña que se vaya  a lavar los trastes, ese tipo de comentarios en lugar de hacerme menos me hacían más fuerte decir tengo que demostrarles que yo, como ellos, puedo hacerlo y puedo hacerlo mejor y lo voy a hacer, entonces era partido tras partido que me metí a jugar con los niños y decirles voy a jugar no por ser niños y yo niña me iba a achicar, siempre quise sobresalir en ese deporte”, contó Mónica.

Actualmente es parte del equipo femenil de Club Pachuca, trabaja con mujeres en un Centro Formativo. Su aporte, es inculcarles a las niñas una línea de respeto entre ellas mismas, hacia sus padres y compañeras.

Pero también, consideró necesario tener disciplina y preparación en la escuela no solo en el futbol, porque muchos quieren ser futbolistas para vivir de ello, lo cual dijo es un error porque en el femenil es un poco más complicado por eso pidió a las mujeres prepararse antes de ser unas grandes deportistas, primero hay que ser grandes personas y profesionales en el estudio.

Después de participar en los juegos Centroamericanos y copas mundiales su reto es llegar a los Juegos Olímpicos.