Por Moisés Sánchez

Emiliano Zapata, Mor., 10 de julio. – A los 17 años Paola Lezama fue diagnosticada de cáncer. Su proceso de curación fue corto, pero no tan difícil y doloroso como el de muchos niños que se atienden en el Hospital del Niño y el Adolescente Morelenses (HNAM).

Ahora tiene 18 años pero Paola, con su pelo rizado que sólo le cubre las orejas y ni siquiera llega a sus hombros, parece de unos 15. En diciembre de 2016, recordó, el cansancio y los moretones inexplicables que tenía en su cuerpo desde hace semanas la espantaron. Una vez que acudió al doctor se enteró de que padecía de leucemia mieloide aguda.

“La verdad todo fue muy rápido, a los tres días de que fui con el médico ya tenía diagnóstico y a los cinco la estaba en quimioterapia. Cuando llegué al hospital realmente no sabía lo que pasaba, porque en ese tipo de cosas nunca terminas por explicarte qué sucede, pero más que pensar en lo me sucedía tuve que enfocarme en superarlo”, dijo.

Continuar sus estudios en la escuela fue imposible porque las quimioterapias y las idas y venidas al doctor la dejaban sin tiempo, sin embargo, pese a que perdió un año escolar nunca se atrasó en sus conocimientos, pues en el HNAM, donde la atendieron, existe el programa “Sigamos aprendiendo en el hospital”, en el cual menores de edad estudian y consiguen sus documentos académicos.

Hoy acudió al HNAM con el objetivo de contar su historia a los niños y niñas con cáncer, que por las mismas cuestiones que ella no pueden acudir a un centro académico. Ahí, declaró que casi nunca se sintió triste, por el apoyo que recibió de todo el personal del hospital.

“Los guardias, las enfermeras, los doctores, los de intendencia las voluntarias los camilleros, siempre te reciben con una sonrisa. El hospital se vuelve tu casa, formas amigos y nuevas familias. Parte de lo que me permitió estar bien fueron las sonrisas de todos. Te llenan de esperanza y como hay muchas personas que luchan por ti, no te dejan otra opción que luchar y seguir adelante”, apuntó.

Tras su discurso, Paola se colocó tras el escenario, y con las manos cruzadas y una sonrisa en la cara observó como 17 pequeños, desde preescolar hasta secundaria, recibían certificados de estudio, por haber cursado sus materias dentro del hospital.

El programa “Sigamos aprendiendo en el hospital” se implementó desde 2010 en el HNAM, que es el único hospital en la entidad que recibe y atiende a niños con cáncer. Paola afirmó que estar en ahí no siempre es divertido, por lo que estudiar es una buena alternativa que distrae a los enfermos y los ayuda a no rendirse.

Paola terminó su tratamiento hace casi un mes, después de un trasplante de medula ósea; ahora, lo único que debe hacer es ir a consulta con constancia, para saber cómo progresa. Sólo espera que el cáncer no regrese.