Por Leticia Villaseñor
Cuernavaca, Mor., 25 de mayo.- La visita de Leonardo da Vinci a Cuernavaca causó expectativa pero la Fundación Echazarreta, responsable de la organización, dio muestras de inexperiencia e incapacidad para responder a la demanda cultural que generó.
El anuncio se dio un par de semanas atrás y la Fundación prometió un espectáculo a la altura del genio del Renacimiento pero la mala organización opacó la visita del inventor y pintor.
Durante el anuncio Rafael Echazarreta «pintó» un montaje multimedia que acompaña los 30 esbozos de las máquinas del genio italiano y las reproducciones de las mismas, hechas por el gobierno del país de «la bota».
Dos días antes de la inauguración, el pasado miércoles, la Secretaría de Turismo y Cultura difundió un correo a través del cual los medios de comunicación fueron convocados a la recolección de acreditaciones y la asistencia a una cena para lo que pidieron «vestimenta formal», a una hora y lugar determinados en las instalaciones de la 24ª Zona Militar, sin embargo la fundación no especificó que no entregaría las acreditaciones y que el acceso a medios no estaba autorizado.
Esa noche llovió en la ciudad de Cuernavaca, anegó el lugar donde se realizaba la cena, que era al aire libre, y tiró parte de la estructura de la exposición.
El recorrido con medios estaba agendado para el viernes pasado a las 10 horas pero ninguna autoridad de las convocantes ni personal de la Zona ni de la Fundación dieron explicación alguna sobre la negativa de permitir el acceso a medios o invitados.
Finalmente se logró el acercamiento con la Fundación, que aseguró que este sábado al mediodía se realizaría la inauguración de «El universo de Leonardo da Vinci» con acceso a cámaras.
Pero de nueva cuenta hubo retrasos en la inauguración. Por más de una hora tanto medios como público e invitados esperaron la apertura oficial.
Fue el propio Rafael Echazarreta quien alrededor de las 12:00 horas explicó que los estragos de la lluvia del pasado jueves provocaron desperfectos en una de las plantas de luz y el inconveniente no estaba resuelto, por lo que, a modo de resarcir el inconveniente la entrada general de 100 pesos no se cobró y se reintegró el importe a quienes ya lo habían desembolsado.
Pasaron otros 30 minutos para que finalmente el presidente de la Fundación acompañado del general Armando Gómez Mendoza cortaran el listón inaugural.
Pero el acceso a cámaras fue impedido a todo medio y la prohibición de la toma de imágenes, aún con celulares, estaba totalmente prohibida.
El flujo de visitantes inició de manera atropellada por lo que el personal condicionó la entrada a grupos de 20 personas. Adentro de la gran carpa reinaba la penumbra, el olor a pintura y resinas.
La gente tuvo que encender las lámparas de sus celulares para poder admirar las reproducciones de las máquinas, debido a que las luces incidentales apenas iluminaban el contorno y las pantallas estaba apagadas.
Acompañando a cada pieza estaban los bocetos originales, sellados, que a sus 500 años de realización recibieron el impacto de estas luces. A pesar de los inconvenientes, la impresión de la gente fue positiva.