Cuernavaca, Mor., 29 de octubre.- En la oscuridad de la barranca de Amanalco se escuchan lamentos de niños que fueron abandonados, mujeres que no fueron amadas y otras que fallecieron por no encontrar remedio a su enfermedad.

Son historias urbanas que se cuentan dentro del Micailhuitl la gran fiesta de los muertos que se festeja desde la época prehispánica, en la que los indígenas tenían la creencia de que la muerte era una forma diferente de vida, y que ellos nunca dejaban de existir pues en el mundo azteca había 13 cielos y nueve infiernos.

Como parte de esta actividad del 29 de octubre al 4 de noviembre, y sábados y domingos del mes los que gustan del terror podrán vivir las historias escalofriantes como la niña que quedó sepultada en el patio de su casa, la mujer que fue abandonada por su amado y la que dicen por las noches deambula en la calle Leandro Valle.

Las historias en voz de la Catrina cobran vida por la escenificación de niños y adultos quiénes recorren los caminos de la barranca con la iluminación de veladoras.

Según los relatos en el Micailhuitl cada una de las personas que morían iban a dar, según la ocupación que hubiesen tenido en vida, y aquellas personas que morían de forma natural se quedaban en el Mictlan y sus almas rondaban por las montañas sufriendo de frío y calor hasta alcanzar la mansión del señor Mictlantecuhtli.

La entrada es desde las 19:00 horas y tiene un costo de 100 pesos por persona y 80 para menores de 11 años.