Redacción SL
Cuernavaca, Mor., 23 de enero.- De Morelos partieron hace nueve años para buscar una estrategia y detener el cúmulo de víctimas por la acción del crimen organizado, pero no lo lograron. Ahora, con un presidente de izquierda, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad volvió a tomar la misma ruta de protesta luego de la masacre de nueve miembros de la familia Lebarón en Bavispe, Sonora.
La marcha por la Verdad, la Justicia y la Paz partió a las 9:30 horas de la Paloma de la Paz hacia el poblado de Coajomulco, municipio de Huitzilac, norte del estado, con
Javier Sicilia y Julián LeBarón portando banderas mexicanas manchadas de color rojo, simulando la sangre derramada por víctimas de la violencia.
Con ellos caminaron organizaciones civiles, sacerdotes dominicos y familiares de víctimas de la violencia; todos enfilaron sobre la autopista Cuernavaca-México y emprendieron la marcha.
Antes de partir Sicilia afirmó que en septiembre de 2018 el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, no sólo reconoció la dimensión de la tragedia humanitaria y la emergencia nacional, heredada de las anteriores administraciones, sino que de cara a las víctimas y a la sociedad se comprometió a hacer de la agenda de verdad, justicia y paz la prioridad de su gobierno, y crear con ella una sólida política de Estado.
Allí mismo, dijo Sicilia, el presidente solicitó ayuda para diseñar la agenda y enfrentar la profunda crisis en su integralidad y algunas organizaciones, académicos y expertos en la materia trabajaron un plan con la Secretaría de Gobernación, pero el trabajo fue desechado sin ninguna explicación.
“En su lugar, el presidente López Obrador profundizó la presencia del ejército en las calles, con el nombre de Guardia Nacional –una guardia que se ha usado para reprimir migrantes–, generó unas políticas sociales destejidas de las instituciones que la sociedad civil creó para construir la justicia (la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, la Comisión Nacional de Búsqueda y la CNDH), instituciones que están desarticuladas, mal atendidas y cuestionadas, y eslóganes como ‘abrazos y no balazos’ y ‘perdón y olvido’”, enumeró Sicilia.
Frente a la Paloma de la Paz, situado a un costado de la autopista México-Cuernavaca, el escritor afirmó que los balazos no han contenido la sangre pero tampoco los abrazos y la prueba más clara son los 34 mil 582 homicidios y feminicidios acaecidos durante el 2019; la desaparición de cientos o miles más que, según la reactualización de la Comisión Nacional de Búsqueda de Desaparecidos, supera la cifra de 61 mil y que los Colectivos de familiares de desaparecidos afirman que es mucho mayor.
Estas cifras, agregó el activista, sumadas a la cifra de víctimas oficiales de los dos gobiernos anteriores dan el número de alrededor de 300 mil asesinados, más el de 61 mil desaparecidos, sin tomar en cuenta el número de torturados y desplazados que probablemente frisan el millón.
“Hoy ese horror nos ha reunido nuevamente en este monumento del que hace 9 años partimos para convocar a la palabra, nuestra “última bocanada de oxígeno”, e intentar de nuevo detener el horror y evitar que el país se hunda en una barbarie sin retorno”, recordó Sicilia y evocó el éxodo desde esta ciudad luego que el crimen organizado mató a su hijo y seis de sus acompañantes. Sus cuerpos fueron arrojados a un costado de la autopista Cuernavaca-Acapulco.
¿Esto es un show?, le preguntaron.
“Claro que no. Las víctimas, la sangre, el horro, la miseria, las calles tomadas por el crimen organizado, el Estado cooptado y capturado por el crimen organizado no es un show, es la realidad del país”.
¿Qué mensaje le da a la ciudadanía?
“Esta es una agenda de todos, el horror y el diseño de la casa es de todos, que se sumen porque si no vamos a construir esta política profunda prioritaria y fundamental para salir adelante”.
¿Tienes el apoyo del EZLN para esta caminata?
“Suponemos que si”.
¿Has hablado con ellos?
No, no hemos hablando todavía pero suponemos que si porque somos luchas hermanas. Nosotros hemos llevado parte de esa verdad que necesita este país para detener los megaproyectos”, sostuvo.
El contingente de manifestantes tiene previsto llegar al poblado de Coajomulco, parte alta de Morelos y limítrofe con la Ciudad de México. Ahí realizarán un mitin y volverán a Cuernavaca para dormir y mañana retomar nuevamente su marcha hacia la Ciudad de México; esperan encontrarse el domingo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien anticipó que serán recibidos por el gabinete de Seguridad.