Por Uzziel Becerra
El juicio contra Emilio Lozoya y sus denuncias contra personajes públicos de oposición han generado como consecuencia un marco de acusaciones recíprocas de corrupción, sobornos y entregas de dinero en efectivo, apoyando la idea de que todos los partidos de oposición tienen cola que les pisen, pero un video escándalo del hermano del presidente de la República, Pío Obrador, recibiendo dinero de un exfuncionario de Chiapas y candidato a presidir una empresa paraestatal del gobierno federal, a propuesta del mismo López Obrador, indican que, en efecto, la corrupción se mueve incluso en quienes hoy abanderan la causa de su combate. Lo anterior es, entre muchas cosas, una lucha por influir en los ciudadanos que el próximo año se convertirán en votantes y que, influidos por los vaivenes, dimes y diretes sobre las acusaciones de corrupción, determinarán a quién castigar y a quién redimir en torno a la pregunta ¿y quién es el menos corrupto?
La semana pasada se vio marcada por diversos videos divulgados por medios de comunicación y redes sociales en los que se observa a funcionarios repartiendo dinero en el Senado de la República, así como la filtración de la denuncia de Emilio Lozoya ante la Fiscalía General de la República. Respecto de la denuncia, Lozoya acusa de recibir, a manera de sobornos, grandes cantidades de dinero a 16 políticos, entre los que destacan tres expresidentes (Peña Nieto, Felipe Calderón y el mismo Carlos Salinas de Gortari), dos exministros de la SCJN, tres gobernadores, dos exdirectores de PEMEX, un excandidato (Ricardo Anaya), así como diversos senadores del PRI y PAN.
En dicha denuncia, Lozoya confiesa que se repartieron maletas llenas de dinero que provenían de la empresa brasileña Odebrecht para la campaña electoral de Peña Nieto en 2018, así como para diversos legisladores con el fin de aprobar la reforma energética y demás reformas del Pacto por México. Conforme a la denuncia, todos los pagos se giraron por orden de Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda y brazo derecho de Peña Nieto. También se entregó dinero a los senadores Ernesto Cordero, Francisco Javier García Cabeza de Vaca (gobernador de Tamaulipas), Francisco Domínguez Servién, Jorge Luis Lavalle Maury, Salvador Vega Casillas, y a Miguel Barbosa (gobernador de Puebla).
Aunque la FGR se deslindó de la filtración de la denuncia, coincide con la petición pública del presidente López Obrador para que dicha denuncia sea divulgada. Asimismo, trascendió el video en el que se observa a Rafael Caraveo, secretario técnico del Senado y a Guillermo Gutiérrez, recibiendo 12 bolsas con 200 mil pesos cada una, por un exfuncionario de PEMEX, para repartir el botín a los senadores e incentivarlos a aprobar las reformas referidas. De esa manera, el gobierno ha continuado sacando ventaja política de la exhibición de videos y la denuncia, dando pretensiones de certeza mediática a las acusaciones de Lozoya, pues él miso ha señalado que se aportarán múltiples grabaciones como las filtradas. “Hay que poner al descubierto toda la corrupción…para estigmatizar a los corruptos. Por eso sí es importante que se conozca el video, que la gente vea, si es sobre el dinero, cómo se repartía el dinero, cómo se compraban voluntades, cómo se compraban consciencias, cómo se compraban los votos. Puede ser que no tengan valor en lo legal, pero ¿en lo moral?” (o mejor dicho en lo mediático, político), expresó públicamente AMLO.
En el debate público hay quienes piensan, sin razón, que las filtraciones de videos y las acusaciones públicas de los involucrados en sobornos por el caso Lozoya constituyen una violación al debido proceso. Como un conjunto de formalidades esenciales en el desarrollo de un proceso penal, la garantía de derechos procesales, que permiten a un imputado tener certeza respecto de su posición en un juicio, el debido proceso no es transgredido, sin embargo, podría señalarse que sí se toca la delgada línea de la presunción de inocencia, toda vez que se busca hacer justicia, no solo a través de las instituciones que la imparten desde el Poder Judicial, sino a través de lo que el presidente denomina la “estigmatización” de la corrupción, es decir, la alusión mediática y exhibición permanente de personajes públicos que incurren en acto de corrupción. Jurídicamente no hay trascendencia, pero el presidente utiliza la ventaja política con fines electorales, pese a que sus defensores lo niegan categóricamente.
Pero la estrategia tuvo un revés, un golpe al corazón, sobre la consigna principal del gobierno de la “cuatroté”, el combate a la corrupción desde arriba. Carlos Loret de Mola, quien fuera despedido de su programa en Grupo Televisa el año pasado, y que ahora dirige el canal “LatunUS” (por transmitir desde Estados Unidos), reveló dos videos y una grabación en las que participan Pío Lorenzo López Obrador, hermano del presidente de la República, y David León Romero, exasesor de comunicación social y operador político del gobierno de Chiapas, encabezado entonces por Manuel Velasco, y que en el actual gobierno fuera coordinador nacional de protección civil, recientemente propuesto para dirigir la empresa paraestatal de distribución de medicamentos y vacunas a nivel federal, concedida con la consigna de acabar con la corrupción de la industria farmacéutica.
Pío Obrador ha sido en diversas ocasiones operador político de su hermano, Andrés, y con mayor relevancia desde la competencia político-electoral de MORENA en el sureste del país. En los videos que se revelaron por LatinUS, y que pretendidamente fueron grabados por el mismo David León, se aprecia que León entrega un millón de pesos en una bolsa de papel a Pío Obrador con la intención de evidenciar el apoyo del gobierno chiapaneco (o al menos el personal) a la campaña de MORENA, rumbo a las elecciones del 2018. Acordando una nueva fecha para la entrega de otro millón de pesos comprometidos. En el segundo video se observa la misma operación, pero con 400 mil pesos anunciados.
Lo anterior pone en entredicho la consigna del combate a la corrupción, desde la narrativa de que MORENA pondría el ejemplo de honestidad, incluso del propio círculo de López Obrador, pues cuando AMLO anunciaba la postulación de David León para hacerse cargo de la empresa paraestatal de medicamentos y vacunas se jactaba de señalar: “que uno de los mejores cuadros, mejores servidores públicos del gobierno, se va a hacer cargo de este asunto”. Ahora le ha pedido que se abstenga de aceptar la encomienda.
Cuando se rememoran los videos sobre actos de corrupción, el presente gobierno tiene dos antecedentes, el reciente de David León con Pío Obrador y uno más antiguo, durante la administración de Andrés Manuel López Obrador en el Distrito Federal, a manos de René Bejarano en 2004, en el que se evidenciaban los fajos de billetes envueltos en ligas, entregados por medio de un portafolio. AMLO acusaba que los medios de comunicación sobreexponían a Bejarano, pero apenas y tocaban a los que acusaba Lozoya, pero sus acusaciones a la prensa duraron poco, al ser revelado el video de su hermano.
Sin embargo, dice el presidente que hay notorias diferencias entre los videos en los que participan sus allegados. Es decir, en sus filas sí hubo entregas de dinero (corrupción), pero, al estilo del expresidente municipal de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez: “nomás poquito”; hay notorias diferencias, cuantitativas (allá eran muchos millones y acá poco dinero) y cualitativas (por dedicarse a una buena causa, hacerlo llegar al poder con aportaciones del pueblo), dijo López Obrador al ser increpado por el video en cuestión. La intención de gestionar la crisis apelando al sentimiento patriótico, evocando a Leona Vicario, es aberrante en términos de rendición de cuentas para la ciudadanía, pues no hay manera de justificar la acción plasmada por video, menos cuando se apela a “aportaciones del pueblo”, pues en sí mismo constituye un delito electoral, por el modelo de fiscalización y financiamiento de campañas electorales, pues toda donación privada debe ser registrada, fiscalizada por la autoridad electoral, y no se permiten inversiones del erario a un partidos.
“Mi manera de apoyar al movimiento fue recolectar recursos entre conocidos para la realización de asambleas y otras actividades”, señaló David León, tratando de amortiguar el duro golpe recibido. Mientras tanto, AMLO ya le dio la indicación de no tomar protesta hasta en tanto se aclare su situación. Un duro golpe en los mismos términos y condiciones en que se han utilizado los videos que ofrece Lozoya a la Fiscalía General de la República, con consecuencias políticas y electorales. Por su parte, Acción Nacional ha interpuesto una denuncia ante el INE por uso indebido de recursos públicos para el financiamiento de campañas electorales, por lo que el conflicto continuará vigente y dando frutos para que los personajes públicos en disputa, el gobierno y su oposición, sigan fortaleciendo sus posiciones, construyendo narrativas y trasladando responsabilidades públicas, de los sexenios pasados y de la presente administración. Y al ciudadano le tocará hacer su propio balance para decidir la permanencia o rechazo del partido en el poder.
Reconozcamos que todos los partidos tienen cola (antecedentes de corrupción) que les pisen, antes y ahora, lo peligroso es dejarse seducir con la idea de que solo unos son malos y otros buenos, que solo unos son corruptos y los otros incorruptibles. De esa ceguera ideológico-política para entender la realidad es de donde se tiene que recuperar a la ciudadanía, a la sociedad civil, cada vez más excluida y adoctrinada, amenazada y confundida; ignorando que solo con su entendimiento y participación enfocada a la exigencia de transparencia, rendición de cuentas y uso del derecho de acceso a la información, podremos ir limando las asperezas de un sistema político que operó con amplias redes de corrupción, y cuyas prácticas siguen vigentes en muchos sentidos.
*Representante del CEA de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas en Morelos. Secretario de Asuntos Políticos en el Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública Sección Morelos. Consejero Universitario de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAEM. Representante de Morelos en el Congreso Nacional Universitario.