Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 21 de julio.- La toma de protesta del nuevo dirigente del Partido Revolucionario Institucional, Alberto Martínez, se caracterizó por la ausencia de los «encumbrados» de su partido, como diputados federales, senadores y hasta de su dirigente nacional.

El acto se realizó, como es costumbre del partido, en un hotel al norte de la capital morelense, hasta donde llegaron decenas de simpatizantes (o acaso acarreados). Las grandes ausencias del instituto político fueron los diputados federales Rosalina Mazari Espín y Matías Nazario; tampoco la senadora Lizbeth Hernández Lecona asistió. El motivo, presuntamente, fue que los tres presentaron su propuesta pero no la registraron a tiempo, que, según los estatutos puede enviarse hasta 24 horas antes del cierre. Tampoco solicitaron licencia del cargo a tiempo como lo hizo Alberto Martínez, que a fin de evitar contratiempos lo hizo 72 horas antes.

Quienes sí estuvieron presentes fueron la excandidata a la alcaldía Maricela Velázquez y Guillermo del Valle, delegado del ISSSTE; el excandidato a gobernador Amado Orihuela así como los diputados locales Leticia Beltrán, Mario Chávez Ortega y Aristeo Rodríguez.

El distanciamiento con su homólogo Francisco Moreno Merino persiste al ser señalado por sus propios compañeros como «el priísta más perredista», por lo que tampoco se dejó ver en el evento. El líder nacional del tricolor Enrique Ochoa Reza envió a un representante y

la toma de protesta mostró las viejas prácticas arraigadas del partido en el poder nacional. Varias camionetas del transporte público y autobuses eran visibles en las inmediaciones del lujoso hotel, que constrastaba con las vestimentas sencillas de la mayoría de los asistentes.

La presencia que captó los reflectores fue la del rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera Jiménez, quien lo mismo asiste con los panistas que con los morenos. Aseguró que su presencia ahí fue como muestra de agradecimiento a Alberto Martínez, personaje clave, dijo, para abrir los planteles universitarios en el municipio de Tetecala, al igual que Maricela Velázquez cuando fue diputada federal.

Otro dato curioso fue que el hotel cerró el acceso cuando las sillas estuvieron ocupadas en su totalidad (mil) debido a que es política de seguridad de la empresa, con lo que dejó fuera a unos 100 militantes, entre ellos varios que debieron tomar protesta a su nuevo cargo y que no llegaron con antelación a la cita.