Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 12 de octubre.- Gabriela Cordero Álvarez se preparó para una diligencia en el Juzgado Décimo de la familia donde trabajó como psicóloga por tres años hasta el martes, cuando interrumpieron su audiencia y la retuvieron por por casi dos horas en las instalaciones oficiales hasta que firmó un acta de entrega-recepción.

Gabriela desconoce los motivos de su despido pero intuye que se debe a que es madre soltera. Su caso, dice, no es el único.

Cuenta que desde que la magistrada presidenta Verónica López Cuevas llegó al cargo, en mayo de 2016, despidieron a varios de sus colegas con más de tres años de antigüedad.

Naybi Ríos Sandoval, aboga de la psicóloga, dijo que unos días antes del despido la directora de Orientación Familiar, Jessica Liliana Ramírez Díaz, expuso de forma abrupta su inconformidad con los resultados de trabajo de Gabriela Cordero.

“Pero fue más allá, hizo señalamientos sin fundamento sobre su vida personal en cuanto a ser madre soltera, sobre presuntas relaciones íntimas y favoritismo con determinados abogados, todo sin el sustento de ley que se requiere”, recriminó la litigante.

El pasado martes, durante la diligencia, la juez que presidió el caso la enteró sobre una llamada telefónica que presuntamente hizo Ramírez Díaz para notificar su suspensión, por lo que a Gabriela Cordero la sacaron de la sala y le condujeron hasta su oficina donde un sujeto de nombre Mauricio “N” que trabaja para Jessica Ramírez le impidió el acceso, colocó una cadena y candados.

“La directora me hostigó para firmar el acta de entrega-recepción, no me permitió salir hasta que plasmé mi firma en el documento, lo que es una violación al debido proceso, aun así llamé a una patrulla porque mi jefa me amenazó”, relató.

Gabriela Cordero aseguró que en reiteradas ocasiones, su superior cuestionó su condición de madre soltera por “estar mal visto social y religiosamente”, citó.

La situación fue violatoria a los derechos humanos y laborales de la presunta agredida, debió ser notificada por un actuario, citada a una reunión donde debió ser informada de la recesión del contrato y posteriormente realizar el proceso de entrega-recepción por la Contraloría.

Gabriela Cordero dijo a la prensa que cuando salió de las instalaciones del Tribunal interpusieron una denuncia contra la directora de Orientación Familiar y Mauricio “N” por privación ilegal de la libertad, abuso de autoridad, amenazas y lo que resulte ante la Fiscalía General del Estado, instancia a la que solicitó medidas cautelares que incluso fueron ratificadas por un juez.

Pero a estas denuncias se sumó una más en contra de la juez visitadora Lilian Gutiérrez quien presuntamente realizó una llamada telefónica al padre de la psicóloga Cordero Álvarez, para exponerle que las causas de su despido fueron por tener muy mala reputación, detalló la representante legal, con lo que su clienta fue revictimizada.

Naybi Ríos envió un documento a la magistrada presidenta del TSJ para enterarla de la situación y a quien solicitó se clarifique la situación legal laboral de su representada pues no fue notificada de nada, también pidió se reintegre a sus labores con todas las garantías ante el presunto despido injustificado por cuestiones morales y religiosas además de la discriminación por ser madre soltera.

Exigió en tanto la destitución inmediata de Jessica Liliana, que el Tribunal garantice que los procesos de peritajes psicológicos y de trabajo social se elaboren conforme a la normatividad aplicable y no bajo cuestiones religiosas.

 

En riesgo la patria potestad para madres: ONG

Carina Chumacero Guevara, coordinadora Nacional de la Red TIC por los Derechos de las Mujeres, condenó el acto del que presuntamente fue objeto Gabriela Cordero y puso “en tela de juicio” los argumentos con los que otorgó o negó este Poder la patria potestad a otras mujeres.

“Si para la directora de Orientación familiar no está bien visto, ni social ni religiosamente, ser madre soltera, entonces estas razones y no el interés superior del niño prevalecieron”, cuestionó.