Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 8 de mayo.- “Alberto Capella fue un buen prublirrelacionista entre el gobierno y la sociedad pero durante su gestión al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Tijuana, la inseguridad se recrudeció por la reacción virulenta del crimen”, declaró Jorge Ramos Hernández, presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso de la Unión y exalcalde de Tijuana.

Durante la exposición “Mando Mixto, Alternativa de Seguridad” en un hotel al norte de Cuernavaca, el exedil tijuanense expuso que encontró una ciudad corrompida e insegura en 2007, por lo que entre sociedad, empresarios, policía, militares, universidades y hasta iglesias unieron esfuerzos para reducir los índices.

“En tres años la inseguridad se redujo en un 39% y logramos el regreso el Ejército a sus cuarteles después de 22 años de pisar las calles de Tijuana”, dijo.

Cuestionado sobre el actuar del comisionado estatal de Seguridad Pública en Morelos, afirmó que no venía a descalificarlo, pero expuso que durante la implementación del Mando Mixto en Tijuana, con Capella al frente, la violencia se recrudeció más de lo previsto.

“Capella estuvo al frente de la Secretaría de Seguridad alrededor de 10 meses, hizo un buen trabajo en relaciones públicas con los empresarios, que estaban prácticamente divorciados del gobierno, pero fue el periodo más cruento de mi gestión por lo que tomé la decisión de poner en su lugar al teniente coronel Julián Leyzaola Pérez.

“En menos de tres años se vieron los resultados y el modelo se replicó en Ciudad Juárez, Chihuahua, que dejó de ser una de las ciudades más peligrosas de América Latina y se contuvo la descomposición social que ya aquejaba a Monterrey, Nuevo León”, recordó.

Ramos Hernández recalcó que la centralización del poder policiaco no acerca a las autoridades con las necesidades de la ciudadanía y está probada su ineficacia, prueba de ello dijo, el estado de México, Veracruz, Ciudad de México, Tamaulipas, Guerrero y Morelos no han podido abatir  sus niveles de inseguridad, por el contrario, han ido en aumento.

Bajo el argumento de que para el presidente es más fácil tratar con 32 jefes policíacos que con un millar, que es el equivalente a todos los municipios del país, se busca homologar el modelo, sin resultados que lo respalden, criticó.

“Estas entidades están rebasadas por el crimen organizado, no hay una sola entidad donde opere el Mando Único con buenos resultados; requieren de intervención emergente pero también es cierto que hay municipios que son capaces de contener el embate de la delincuencia al no presentar situaciones tan extremas, es su responsabilidad”, subrayó.

A nivel nacional, expuso, el presidente Enrique Peña Nieto superó en cinco años el número de víctimas de homicidio doloso en comparación con el sexenio de Felipe Calderón y la expectativa, lamentó es que lleguen a 30 mil las víctimas sólo de este delito, según las cifras que revela el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública.

A nivel estatal, apuntó, Morelos encabeza las listas de una percepción negativa cuya población “ve a sus elementos como corruptos y deficientes. La ciudadanía no les tiene confianza y eso los confina al fracaso, más allá de los partidos», citó.

En 2016, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad del Inegi, Morelos atravesó su peor crisis de confianza ya que sólo cuatro de cada 10 personas se sentían seguras en su entidad; el actuar policiaco se encuentra cinco veces por encima de la media en desaprobación y el estado tiene una de las policías más desprestigiadas del país, lamentó el diputado federal.

Jorge Ramos subrayó la división social y política que impera en Morelos lo que constituye un clima ideal para el crimen; «no hay un solo proyecto, una sola visión de ciudad ni de estado. Ganarle al crimen es una labor muy difícil y no es simulando ni con espectacularidad o mercadotecnia, sino con resultados claros que la gente los sienta y los perciba”, comentó.

Conminó a las autoridades a replantear la estrategia de seguridad ya que desde 2014 la tasa de homicidios dolosos, extorsión y secuestros se han incrementado, con mayor celeridad en el presente año. “Si en el 30% del estado se concentra el 60% de la delincuencia debe enfocar el esfuerzo social, político, empresarial, religioso hacia ese foco rojo; materializar el modelo mixto es un reto de gestión política y de liderazgo pero en tres años se pueden lograr resultados y tocar los albores de una paz y seguridad que tanta falta hace en esta entidad”, abundó.

“No conozco a un solo héroe de la seguridad que por sí solo haya dado resultados. Esto es un trabajo en conjunto. En Tijuana logramos la profesionalización de los policías a través de la donación de becas para ellos y sus hijos; con mejores salarios, prestaciones, instalaciones, equipo, descuentos, reconocimientos, limpia interna de la corporación, trabajo en equipo con los empresarios, militares, religiosos y el gobierno estatal. Dejamos ciegos y sordos a los criminales y en sólo tres meses empezaron a percibirse los primeros resultados”, finalizó.