•»Esperaba un poco para ver cuál es la respuesta de la gente», justifica.
Por Antonella Ladino
El alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, admitió que su respuesta al simulacro de sismo fue tardía, ya que, dijo, esperaba a terminar con sus actividades.
Durante el simulacro nacional por los sismos de 1985 y 2017, Urióstegui Salgado fue de los últimos en salir de su oficina en el Ayuntamiento de Cuernavaca y en entrevista argumentó que lo hizo con la intención de ver cuál es la respuesta de la gente que participa en estas actividades.
Sin embargo, aclaró que cuando se trata de un hecho real la reacción es inmediata, por lo que afirmó que continuarán los simulacros durante el año.