Por Leticia Villaseñor
Tlaquiltenango, Mor.,20 de octubre.- Las grietas en la tierra que dejó el sismo en la colonia Ampliación Manzanares se han hecho más profundas, sin que autoridad alguna haya inspeccionado la situación de los vecinos, que ven sus propiedades al borde del colapso sin remedio.
La colonia está flanqueada por el río Yautepec, su cauce es moderado pero la humedad y el movimiento telúrico del pasado 19 de septiembre abrieron la tierra, el piso se hundió al menos un metro. La brecha que desemboca al río, una pendiente pequeña hasta llegar a un plano, tuvo varias fracturas.
Las estrías son perceptibles hasta la casa de don Pedro, un vecino del lugar que vive a tan sólo unos metros del río. El día del sismo la grieta se abrió por debajo de su portón de al menos tres metros de altura, al que tiró, al igual que una construcción que tuvo que ser derruida.
La estría siguió hasta una barda, que también fracturó, y las cañas de azúcar del terreno que colinda con el de don Pedro están tiradas. La grieta se extiende cuatro tierras más hasta perderse en un recoveco del río.
Don Pedro, don pablo y don Miguel se cooperaron para comprar camiones de escombro (no de las casas ni edificios derruidos, sino una especie de barro amarillento), cada camión cuesta 100 pesos y al menos han necesitado unos 10 de ellos. El escombro fue dispuesto en la pendiente y en el terreno plano al igual que la casa de don Pablo, donde un pozo se secó por el sismo.
Don Pedro colocó el portón y colocó piedras medianas en una de las grietas que atravesó todo su terreno, de unos 300 metros de largo. Pero el “remedio” no fue completado, el escombro debe ser apisonado con maquinaria pesada para que la tierra “apriete”.
Pero estos vecinos, que se ubicaron en terrenos que eran de la Marina pero que presuntamente fueron “donados” no son los únicos afectados. Del otro lado de la pendiente se ubican unas tres construcciones. Doña Margarita tiró el baño y la cocina de la planta alta de su pequeña casa porque el temblor inclinó su construcción, fracturó el material, rompió tuberías de gas y agua y vidrios.
Una separación de unos 20 centímetros se abre entre el límite de su casa y una extensión de tierra de no más de cinco metros, luego está el cauce del río.
En su terreno hay grietas de más de un metro de separación y varios metros de largo, a pesar de que no son muy profundas, como metro y medio las más pronunciadas, son ahora parte de su vista habitual.
A unos 100 metros de distancia hay tres arcos que forman un puente. El de en medio está desmoronado y el paso hacia otras colonias está cerrado por lo endeble de la construcción.
El hecho fue denunciado a las autoridades locales pero a un mes del terremoto que dejó decenas de casas derruidas en este municipio sin que hayan atendido el llamado.