Por Antonella Ladino

Cuernavaca, Mor, 21 de septiembre.- Cuando la tierra se agitó Karen daba cátedra en una escuela primaria ubicada en Jiutepec. Con los niños a su cargo vivió una mala experiencia porque los alumnos estaban asustados pero ella debía mantener la calma.

Una vez que todo pasó, llamó a su familia para asegurarse que estuviera bien y después decidió, junto a otros compañeros, instalar un centro de acopio en el jardín San Juan, contra esquina con la Torre Latinoamericana, la cual colapsó y sepultó la mitad de una unidad del transporte público.

“Sabía que tenía que salir a ayudar. Me aseguré que mi familia estuviera bien y es lo que seguimos haciendo buscar dónde no hay ayuda, donde no tienen que comer”, expresó Karen.

Ana Karen Camacho es docente en un colegio de Jiutepec y desde el martes participa de manera voluntaria en la brigada ciudadana de apoyo y rescate establecido en el Jardín San Juan, en el centro de Cuernavaca.

Organiza a los voluntarios, recibe víveres y los envía a otros municipios que requieren ayuda pero ante la tragedia hay gente que no comprende la magnitud de lo que ocurre y se aprovecha de la situación.

Contó que ayer en la noche unas personas se acercaron y en un descuido robaron sus teléfonos celulares y algunas despensas a pesar de que había elementos policiacos vigilando la zona.

Pero eso no les restó fuerzas a Karen y hasta este jueves sigue dirigiendo la ruta que seguirán sus compañeros para repartir víveres, cuyo objetivo es abarcar los casi 20 municipios víctimas del sismo que hasta el momento, cobró la vida de 73 personas.

Karen se dice fuerte ante el dolor que viven las familias morelenses y reconoce que el trabajo de los voluntarios es riesgoso porque conocen poco en materia de protección civil pero Morelos necesita el apoyo de todos, asegura.

Durante dos días los brigadistas recorrieron diferentes municipios como Mazatepec, Miacatlán, Coatlán del Río, Axochiapan y Tepoztlán entre otros puntos de riesgo.