Redacción SL
Cuernavaca, Mor.- Hace cuatro años, Armando salió de su casa rumbo a su trabajo en los campos de Cuautla donde se dedicaba a cortar verdolagas, pero ya no regresó.
Era hijo único de Dolores Zúñiga Pantaleón y lo recuerda como un joven tranquilo que empezó a trabajar desde que tenía 15 años para apoyarla con los gastos de la casa, luego de que padre los abandonó.
El 18 de mayo de 2018 lo vieron por última vez y desde ese día, su madre lo ha buscado en las fosas clandestinas, en los Servicios Médicos Forenses (Semefos), en los campos de siembra y hasta en otras ciudades del país, pero no hay rastros de su hijo.
Este día desde la Ofrenda de las Víctimas, instalada en las puertas del Palacio de Gobierno, exigió a la Fiscalía General del Estado (FGE) agilizar las investigaciones para dar con su paradero.
Aunque armando trabajaba como jornalero en ocasiones también limpiaba parabrisas en los semáforos de Cuautla para llevar el sustento a su casa para mantener a su esposa e hija.
Dijo que a cuatro años de su desaparición las autoridades no han dado resultados y en el Ministerio Público (MP) le han informado que la carpeta está vacía porque no hay una sola pista que los lleve a encontrarlo. Sin embargo, tiene la esperanza de encontrarlo con vida.
“Siempre lo veía dedicado a su trabajo, cuando no se iba al campo iba a los semáforos, pero no tenía malos amigos ni andaba en cosas ilícitas”, dijo su madre.