Por Leticia Villaseñor

Foto: Máximo Cerdio

Cuernavaca, Mor., 1 de junio.- El obispo de Cuernavaca Ramón Castro Castro hizo un llamado a la conversión a los integrantes de los principales carteles de la droga que operan en Morelos, a fin de poner un alto a la ola de inseguridad que azota a la entidad y al país.
Desde el atrio de la catedral el prelado convocó al Cartel Jalisco Nueva Generación, Los Rojos, la Familia Michoacana, los Tlahuicas y los Mayas a transformar sus vidas porque también son hijos de Dios y a pesar de todo el Señor los ama.
“Nunca es tarde para rectificar y convertirse y sus luchas por el territorio, por la distribución de droga, de lavado de dinero, de tráfico de armas, no afecta sólo a la sociedad afecta a sus hijos, afecta a sus hermanos y hermanas, a sus padres, por amor a ellos y por temor de Dios conviértanse, nunca es tarde, siempre es posible y que todos nos convirtamos a una nueva cultura de la paz”, invitó.
La Quinta Marcha por la Paz inició en punto de las 8:00 horas en la iglesia de Tlaltenango, al norte de la capital morelense; cientos de personas atendieron el llamado del jerarca de la iglesia católica en contra de la inseguridad.
En días pasados, el gobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco anunció su participación en la movilización bajo el argumento de que no era en su contra sino contra los carteles que él mismo ha referenciado, pero de último momento canceló su participación por presuntas amenazas de disturbios.
Al concluir la hora santa inició la movilización hacia la catedral de Cuernavaca, en pleno centro histórico. A lo largo de las avenidas Emiliano Zapata y Morelos, principales arterias de la ciudad, se unieron a la marcha diversos colectivos de desaparecidos así como la Asociación Cívica Morelense, integrada en su mayoría por personas de la tercera edad, así como algunos políticos como los priístas Guillermo del Valle y Matías Nazario o el diputado José Casas, quienes tuvieron una participación discreta.
El arribo a la catedral se dio sin contratiempos, con una duración de casi dos horas. El oficio religioso dio inicio pasadas las 11:00 horas. En lugar de la homilía, Castro Castro dio un extenso mensaje a la feligresía.
“La pastoral de la iglesia no puede escindir el contexto histórico en el que viven sus miembros, el dinamismo de la vida social, política, económica y cultural representa los desafíos que tiene la misión de la iglesia, que es consolidar el reino de paz. Por eso, ante una aterradora y amenazadora realidad, ante un ambiente de violencia que nos azota, ni en México ni en Morelos podemos cerrar los ojos y que pase como algo desapercibido es motivo de una seria reflexión”, fueron las palabras de inicio.
El obispo lamentó el ambiente de impunidad ante los delitos cometidos, donde acorde a cifras oficiales que expuso, el 95% de éstos quedan sin castigo, asimismo expuso que una de cada tres personas adultas han sido blanco de algún tipo de delito.
Por ello, instó a tres acciones, ver, juzgar y actuar. En el primer punto comentó que las familias experimentan constantemente la inseguridad, el miedo, el abandono de sus hogares y una orfandad de quienes tienen la obligación de proteger sus vidas y cuidar sus bienes.
“Tal parece que la situación de violencia ha rebasado a las autoridades, los grupos delincuenciales se han establecido como verdaderos dueños y señores, espacios de coto y poder y debido a la furia y capacidades de terror ponen a prueba la capacidad de la ley y el orden, son muchos los sufrimientos que causa la violencia que se han ido acumulando en las familias”.
México y Morelos, abundó, viven la ola más aguda de violencia en su historia contemporánea, al menos en las estadísticas. De enero a abril se registraron 8 mil 500 homicidios dolosos con un aumento del 10% en relación a 2018.
Datos oficiales del gobierno federal revelan que en los cuatro primeros meses de este año, en Morelos se registraron 14 mil 479 delitos, entre homicidios, feminicidios, secuestros, robos, daños al patrimonio, sólo de los denunciados.
Reiteró que en la entidad, los alcaldes deben pagar el “derecho de piso”, ya sea por un presunto acuerdo ante el financiamiento de sus candidaturas o por amenazas, “creí que eran 13, pero son 18 los alcaldes en esta situación”, comentó al tiempo que criticó que hasta elementos policiales locales o estatales estén involucrados en actos delictivos.
En su segundo punto, el obispo dijo que él y sus homólogos han pedido porque no haya más sangre, más muertes ni desaparecidos. El obispo no desaprovechó la oportunidad para manifestarse en contra del aborto y lo que consideró la industria comercializadora detrás de éste por lo que exhortó a los legisladores a garantizar el derecho a la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
En el último punto, Castro Castro secundó la petición del Episcopado Mexicano en torno a que la violencia se declare un problema de salud pública, que sea atendida de modo interinstitucional con prioridad a la familia.
Finalmente el obispo Ramón Castro aclaró que la movilización no se realizó contra ningún gobierno o partido político, sino que fue una grito legítimo por la justicia y la paz.
“Ningún estado puede sobrevivir donde no se castigan los delitos, donde se han corrompido las instituciones de justicia y no existen los medios para procurar la aplicación de la ley para quien ha cometido un delito”, culminó.