Por Leticia Villaseñor

Xochitepec, Mor., 20 de marzo.- Una diligencia practicada en un predio de este municipio arrojó la recuperación de restos humanos correspondientes a cinco personas.

Según los informes de la Fiscalía General del Estado, las osamentas podrían ser víctimas de secuestro sin que hayan sido identificadas. La investigación se derivó de una denuncia de un doble secuestro, en diciembre de 2015.  Un año más tarde, un juez de Control autorizó un cateo al domicilio ubicado en un cerro conocido como Las Flores.

El hallazgo se da a conocer a menos de 24 horas de que inicie la diligencia en un panteón local del municipio de Jojutla donde fueron inhumados, según el informe oficial, 37 cadáveres de manera irregular, a mediados de 2014.

Dicha diligencia se derivó de la realizada en las fosas irregulares de Tetelcingo, en el municipio de Cuautla donde el 28 de marzo de 2014 fueron enterrados 120 cuerpos, a pesar de que al menos 6 de ellos fueron identificados con anterioridad. Al menos 80 de esos cuerpos fueron víctimas de hechos violentos.

La familia de uno de los inhumados, Oliver Wenceslao Navarrete Hernández, víctima de privación ilegal y homicidio, inició una batalla legal hasta que logró que un juez ordenara su apertura, lo que tuvo lugar a finales de 2014.

Tras un año de procedimientos legales, otro juez ordenó la apertura de las fosas donde aún permanecían 118 cuerpos. En mayo del año pasado se exhumaron los cadáveres, además de varios miembros, de los cuales no se tenía registro alguno.

Desde esa fecha se han entregado otros cuatro cuerpos, el de un joven víctima de secuestro, el de una mujer reportada como desaparecida en el estado de México, el de un hombre arrollado por una unidad del transporte público, y el de otro hombre, cuyas causas de muerte no fueron difundidas, como tampoco se esclareció la razón por la cual el cuerpo, a pesar de estar identificado, no fue entregado a sus deudos.

El compromiso de las autoridades federales, estatales y municipales fue entonces la apertura de la fosa de Jojutla, donde se inhumaron en un proceso también irregular, 37 cuerpos.

Los vecinos denunciaron los olores fétidos provenientes del panteón así como los restos óseos prácticamente a ras de tierra.

En enero de este año una detención de dos sujetos señalados como presuntos secuestradores reveló otras tres fosas. Dos en el municipio de Puente de Ixtla y una en el municipio aledaño de Amacuzac, ambos colindantes al estado de Guerrero.

Los restos de ocho personas fueron extraídos, dos de ellos ya identificados y entregados a sus familiares. Eran un hombre y una mujer, de apenas 20 años ambos, quienes vivían juntos y tenían un hijo.

En diciembre de 2016 un grupo de sicarios, en su mayoría adolescentes, ingresó en su domicilio en la colonia Norte de Puente de Ixtla, una de las más peligrosas de la zona.

A decir de testigos y familiares, la pareja y su hijo fueron sustraídos de su hogar, sin embargo, unas horas después del hecho fue localizado el menor en plena vía pública sin que se sepa si el niño fue dado a sus familiares o si permanece en algún albergue. Sobre la pareja se sabe que ella era ama de casa y él repartidor de una tortillería.