Por Leticia Villaseñor
CUERNAVACA, Mor., 23 de octubre.- A finales del sexenio de Marco Antonio Adame, gobernador panista que culminaba su gestión a mediados de 2012, se perpetró el secuestro de Israel Hernández Torres, vecino del poblado de Santa María, al norte de Cuernavaca. Los criminales se pusieron en contacto con la familia, exigieron el pago por su libertad al cual accedieron sus seres queridos pero el joven no regresó a casa.
Pasaron cuatro años de diligencias y fue hasta el pasado 30 de septiembre que se dio una coincidencia de entre 117 cuerpos, inhumados de forma irregular por la entonces Procuraduría General del Estado a cargo del controvertido Rodrigo Dorantes Salgado, el 28 de marzo de 2014 en un camposanto de la comunidad indígena de Tetelcingo en Cuautla.
El mismo día en que el Ejecutivo estatal, obligado por los familiares de desaparecidos y asesinados, así como del activista Javier Sicilia, cuyo hijo fue masacrado con otras seis personas y encontrados en un auto en Temixco en esa fecha, pero de 2010, decretó el día Estatal de las víctimas.
El escándalo de las fosas de Tetelcingo marcó la gestión del actual gobernador perredista Graco Ramírez, ya que fue una familia, la de Oliver Wenceslao, la que develó una serie de anomalías y corruptelas en el proceso de inhumación hecho de forma paralela en Cuautla y en Jojutla y que mereció una recomendación de la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Ambos casos guardan similitudes, el de Israel, un secuestro que terminó en asesinato; el de Oliver, una privación ilegal de su libertad que también acabó con su vida. La familia del oriundo de Cuautla fue avisada un par de semanas después de su desaparición que Oliver fue asesinato; su cuerpo quedó varios meses sobre la plancha de Semefo y mandado a la fosa común a pesar de estar plenamente identificado.
Luego de 9 meses, el cuerpo fue exhumado, con el de una maestra presunta víctima de secuestro también; lo entregaron a la familia quien una vez que lo enterró en un panteón, inició con la Universidad Autónoma Del Estado de Morelos (UAEM) la batalla legal para que 117 cuerpos más fueran exhumados e inhumados de forma digna y con tomas de muestras genéticas para su posible identificación, proceso que no realizó la Procuraduría.
De esa diligencia Israel fue identificado. El cuerpo del joven, inhumado por segunda vez en el panteón Jardines del Recuerdo en Cuautla, en la fosa E gaveta 41, será entregado este lunes a sus deudos luego de que el pasado jueves un juez de control concedió un término de cinco días hábiles para la realización de los actos de investigación del cuerpo.
A través de un comunicado, la familia Hernández Torres hizo un reconocimiento a la UAEM, a los colectivos y a otros familiares de víctimas que hicieron posible que lo hallaran. Asimismo «los exhortamos a seguir en la búsqueda, a pesar de los años, es posible encontrarlos. Sigamos buscándolos hasta encontrarlos”.