Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 15 de octubre.- Las puertas de la escuela Cemanahuac están abiertas pero adentro no se ve “un alma”. Sólo un par de estudiantes que llegaron procedentes de la Unión Americana, pese a la Alerta de viaje que emitió el país vecino sobre el estado de Morelos.

La reducida inscripción de estudiantes que buscaban aprender el idioma español orilló a sus propietarios Francisco “Paco” Guerrero Garro y su esposa Harriet a cerrar la escuela en Cuernavaca y llevarla al estado de Oaxaca, donde las universidades sí admiten enviar a sus estudiantes.

La escuela, una de las más antiguas y reconocidas en Cuernavaca por la enseñanza del español como segundo idioma, abrió hace 43 años donde también incluyó la enseñanza de la cultura mexicana como su literatura y la propia psicología del mexicano.

Por espacio de cuatro décadas, de 1975 al año 2008, se crearon unas 20 escuelas en la ciudad que por varios años ostentó la denominación Capital Mundial de la Enseñanza del Español, y en promedio llegaron unos 12 mil estudiantes al año procedentes de Estado Unidos, Canadá, Brasil Europa y Japón principalmente. Guerrero Garro dijo que sólo porque estudiantes de China, Rusia y la India no conseguían la visa para venir a nuestro país, la cantidad no se duplicó.

La derrama que dejaba cada estudiantes, entre el pago de los cursos, hospedaje, comida y viajes, era de unos 2 mil 200 dólares mensuales, pero a partir del 2009 que se recrudeció la violencia en el país se emitieron alertas de viaje en Estados Unidos, principal país de donde provienen los alumnos de este tipo de escuelas.

Cada universidad contrata una compañía que monitorea la seguridad donde envían a sus estudiantes y vigilan los índices de inseguridad. Los resultados para Cuernavaca, de manera específica, fueros desastrosos, comentó Paco.

Los seguros pasaron de 20 dólares mensuales hasta 300 o incluso se les negaron, y hubo gobiernos como el de Texas que prohibió la visita a la Ciudad de la Eterna Primavera por no contar con las condiciones mínimas de seguridad.

Esta situación derivó en que estados como Guanajuato, Veracruz pero principalmente Oaxaca ganaran terreno en la enseñanza del Español, y en el caso de esta última entidad, pasó de una escuela que recibía un promedio de 60 alumnos a 8 mil el verano pasado, acorde a las cifras oficiales.

El veredicto fue fatal. “Morelos no tiene seguridad”, comentó Guerrero Garro, además de las malas condiciones de la ciudad, catalogada como sucia, insegura y caótica, según los calificativos de los propios estudiantes.

Al fracaso de las escuelas de Español, se le suma el nulo apoyo oficial que por más un sexenio les fue negado, tanto del ámbito local como del federal en el ramo turístico y educativo.

Según lo expuesto por el propio Paco, en este periodo la escuela recibía un aproximado de 150 estudiantes, pero este año sólo hubo dos, lo que derivó en una pérdida continúa al tener que pagar salarios de maestros y personal administrativo. Para el cierre de año el panorama es similar, a pesar de ser una buena época para el rubro. Sólo hay registrado un pequeño grupo de 15 estudiantes cuando la cifra en años anteriores era de unos 300.

La decisión que tomaron los propietarios fue trasladar la escuela al estado de Oaxaca, donde en breve iniciarán con sus actividades en espera un mejor panorama en Morelos.