*Denuncian nulos avances en investigación sobre crimen de Samir Flores, opositor a termoeléctrica.
Por Antonella Ladino
A seis años del asesinato del activista y opositor a la termoeléctrica de Huexca, Samir Flores Soberanes, sus familiares y amigos “sembraron” un busto en una jardinera de la plaza General Emiliano Zapata Salazar, en su honor y para exigir justicia y castigo a los responsables de ordenar el crimen.
En el marco del Día Internacional del Trabajo, los familiares hicieron mezcla con arena y graba para realizar la base, donde más tarde fue colocado el busto de espaldas al Palacio de Gobierno.
“Vamos a sembrar el busto de Samir Flores en honor a su memoria, porque a seis años no hay avances en la carpeta de investigación y es importante recordarlo”, dijo uno de sus amigos.
Su esposa, Liliana Velázquez, informó que en el país y en el extranjero hay al menos seis bustos del activista con lo que se busca pedir justicia.
Señaló que el caso lo atrajo la Fiscalía General de la República (FGE), pero no hay avances.
El proceso
En marzo pasado un tribunal de enjuiciamiento del Centro de Justicia Penal Federal (CJPF) aplazó el juicio oral que se sigue por el crimen de Samir, bajo el argumento que la Fiscalía General de la República (FGR) no logra localizar a testigos clave.
El juicio, programado para iniciar a las 10:00 horas de ese lunes 10 de marzo, buscaba esclarecer la responsabilidad de Javier R. P., única persona acusada por el crimen cometido el 20 de febrero de 2019 en Amilcingo, Temoac.
Sin embargo, la ausencia de testigos esenciales para la FGR impidió el arranque del proceso, dejando en vilo a la familia de la víctima.

Testimonios en duda y testigos ausentes
Entre los testigos que la Fiscalía busca localizar se encuentran exservidores públicos, algunos de los cuales han causado baja de sus instituciones, incluyendo peritos, agentes y mandos policiales municipales, estatales y de la propia Fiscalía estatal.
Uno de los testimonios clave en la acusación es el del agente de la Policía de Temoac, Enrique P. F., quien presuntamente aseguró haber visto llegar a los implicados en un auto Sentra la mañana del homicidio.
No obstante, Enrique P. F. falleció en un accidente vehicular el 1 de abril de 2019, y su familia sostiene que su firma en la supuesta declaración fue falsificada, pues él había cambiado su firma meses antes de su muerte.
Por otro lado, Gustavo Navez Jiménez, exdirector de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Olinalá, Guerrero, declaró para el portal digital El Guardián Mx que el acusado Javier R. P. estaba detenido en la barandilla de ese municipio el día del asesinato, lo que pondría en duda su participación en los hechos.
Testigos silenciados y contradicciones en la investigación
Otro testigo clave en la investigación era Marcos F., quien supuestamente tuvo conocimiento previo del asesinato de Samir Flores pero nunca lo alertó. Según su declaración, trabajaba con la esposa de Asael M. C., uno de los implicados, y escuchó cómo se planeaba el homicidio.
Sin embargo, lejos de ser protegido, Marcos F. y su familia fueron retenidos como ‘testigos protegidos’ en una casa de seguridad en Tequesquitengo, propiedad del exfiscal regional Alejandro Chávez Carmona, hasta que este fue destituido.
El 12 de diciembre de 2024, Marcos F. y una mujer fueron asesinados a balazos en Yautepec, cerrando así otra posible vía de esclarecimiento del caso.
Justicia en pausa, impunidad en marcha
El abogado defensor del acusado, Octavio Lazcano, fallecido hace dos años, había denunciado presiones por parte de la Fiscalía para aceptar un juicio abreviado, evitando así la exposición de las inconsistencias de la investigación en un juicio oral.
El tribunal de enjuiciamiento no ha informado la nueva fecha para la reanudación del proceso penal.