Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 6 de mayo.- La marcha por la paz convocada por el obispo de la diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, concretó el frente opositor a las políticas del gobernador Graco Ramírez. Los principales detractores del mandatario estatal hicieron suya la protesta y los llamados por una familia tradicional, el rechazo al aborto y a la Ley de Matrimonios Igualitarios, pasaron a segundo plano.

“La mayoría de los morelenses, en mayor o menor grado, deben enfrentar el dolor, la angustia, la impotencia ante el crimen organizado, la violencia, la inseguridad, la impunidad, el desempleo, la corrupción, los homicidios, la extorsión, el abuso de autoridad, secuestros, tortura, asaltos a sus domicilios o en el transporte público», acentuó el obispo Ramón Castro en su discurso.

La marcha que se realizó en las principales calles céntricas de Cuernavaca congregó a católicos, creyentes, miembros de otras religiones, y a los principales “candidateables” a la gubernatura del estado como el alcalde Cuauhtémoc Blanco; el rector de la UAEM Alejandro Vera Jiménez, los diputados federales Matías Nazario, del PRI, y Javier Bolaños Aguilar, del PAN.

También acudieron el líder de la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC), Gerardo Becerra Chávez Ita y el líder transportista Dagoberto Rivera. Todos ellos mantienen reuniones desde agosto del año pasado con el obispo para formar un grupo antagónico al gobernador Graco Ramírez.

Además estuvieron presentes la diputada federal del PAN, Margarita Alemán, así como los legisladores priístas Mario Chávez y Aristeo Rodríguez. Acudió asimismo Javier Sicilia, del Movimiento por la Paz con Justicia y dignidad y diversos colectivos de familiares de víctimas quienes portaron pancartas donde denunciaron los delitos de los que han sido blanco, principalmente de desaparición, secuestro y homicidio.

María concepción y Amalia Hernández Hernández, madre y tía respectivamente de Oliver Wenceslao, cuyo cuerpo encontrado en una fosa común detonó el hallazgo de casi 180 cadáveres depositado de formal ilegal en fosas de la Fiscalía estatal, marcharon al lado del obispo Castro Castro.

En su discurso el obispo recriminó a la federación tener a Morelos “abandonado a su suerte, herido, con hambre y sed de justicia, con miedo, ofendido y burlado”.

El líder de la religión católica en el estado emitió un mensaje en contra de las autoridades federales y estatales, principalmente, ante los cruentos niveles de inseguridad que padece la entidad.

“Veo con mis propios ojos y con los de mis hermanos sacerdotes. La mayoría de los morelenses, en mayor o menor grado, deben enfrentar el dolor, la angustia, la impotencia ante el crimen organizado, la violencia, la inseguridad, la impunidad, el desempleo, la corrupción, los homicidios, la extorsión, el abuso de autoridad, secuestros, tortura, asaltos a sus domicilios o en el transporte público.

“Nuestro pueblo está cansado de ser víctima del ‘derecho de piso’, de trabajar para darle el fruto de su esfuerzo a los delincuentes. No debería ser posible que campesinos y ganaderos tengan que pagar por cada vaca que poseen o por cada cosecha que logran.

“Cuánto frena el desarrollo económico de pequeños empresarios que se ven obligados a dar gran parte de sus ganancias a personas sin escrúpulos que los amenazan, golpean o matan si no pagan cuanto les exigen. No puede ser posible la convivencia entre servidores públicos y crimen organizado”, reclamó.

Tanto el alcalde de Cuernavaca Cuauhtémoc Blanco Bravo como el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera, respaldaron la visión del obispo, quien al inicio de su discurso lamentó que tan sólo en las cifras de delitos que se denuncian (que asciende sólo al 8%) durante los últimos años hemos tenido alguno de los primeros lugares en delitos de alto impacto a nivel nacional.

“Las cosas en Cuernavaca no están bien, lo he dicho muchas veces, hay gente de la tercera edad que me suplica que haga algo; por eso iniciamos la controversia ante la suprema Corte de Justicia de la Nación para que se le regrese la  autonomía a la policía municipal, pero el gobernador Graco Ramírez ha hecho todo lo posible para impedirlo.

“La marcha representa que nadie se siente seguro en Morelos, el reclamo fue el mismo, miles de personas exigieron alto a los secuestros, a las extorsiones, a los robos”, expresó el edil.

En tanto, el rector Vera Jiménez recriminó a los 9 diputados federales no iniciar procesos en contra del gobernador para fincarle responsabilidades ante los niveles de inseguridad que, en su periodo han ido en ascenso, principalmente en el delito de homicidio doloso.

En respuesta, el diputado federal panista Javier Bolaños lamentó que el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, haya ignorado la petición urgente de las fuerzas federales en Morelos que él y cinco de sus homólogos hicieron tras la desaparición en Yautepec del exdiputado priísta Humberto Segura, el pasado 19 de abril.

“Si el próximo martes no tenemos una respuesta de la federación, emprenderemos otro tiuo de acciones hasta que el gobierno federal entienda la situación de emergencia que atraviesa Morelos y lo imperante que es trazar una nueva estrategia”, acotó.

Al final del oficio religioso celebrado en el atrio de la Catedral, el obispo Castro hizo entrega de símbolos de paz a tres iglesias que enfrentan una situación de violencia grave como la de Tepalcingo, Amacuzac y Puente de Ixtla.

En este último municipio de la zona sur Ramón Castro ha denunciado en reiteradas ocasiones que prácticamente todos los comercios deben pagar “cuota” al crimen organizado, incluyendo los sacerdotes. Esa localidad, de acuerdo con la Comisión Estatal de Seguridad, está controlada por uno de los delincuentes más peligrosos del país Santiago Mazari “El Carrete”, líder del grupo delictivo de Los Rojos.