Por Leticia Villaseñor
Cuernavaca, Mor., 8 de febrero.- Habitantes del poblado de Huexca, en Yecapixtla, e integrantes de la Asamblea de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, acusaron quela consulta en torno a la termoeléctrica está “amañada” y retaron al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a beber un vaso de agua del lugar para que constate que “no está contaminada”.​
Rechazaron los estudios que arrojan datos a favor de la termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y consideraron que el Ejecutivo federal no recibió información verdadera sobre el caso por parte del delegado Hugo Erick Flores Cervantes.​
Los inconformes dieron rueda de prensa en respuesta al anuncio que hizo AMLO esta mañana sobre la decisión en torno a la continuación del proyecto de la termoeléctrica, que será sometida a consulta ciudadana y que traerá de nuevo al presidente a tierras morelenses, el próximo domingo. ​
Dijeron estar desconcertados y enojados porque pidieron una audiencia personal con López Obrador, en virtud de que no confían en Flores Cervantes, “nuestra lucha es auténtica, hemos luchado varios años contra este megaproyecto, por lo que le pedimos una reunión para informarle que su súper delegado está haciendo las mismas prácticas que hizo Graco, está película ya la vimos, es el mismo resultado, ocultan los riesgos que conlleva la termo”, acusó el vocero Jaime Domínguez Pérez.​
Señaló que no pueden aceptar la consulta ya que no confían en quienes la van a llevar a cabo de forma “amañada y a modo” con la misma estrategia “del garrote y la zanahoria” que aplicaron en administraciones pasadas, es decir con promesas falsas de beneficios o la presión y agresión a quienes no aceptan la termoeléctrica.​
El vocero refutó que haya «activistas vendidos» al sostener que llevan más de seis años luchando contra el megaproyecto, así como presuntos intereses políticos o económicos.​
Los habitantes del poblado de Yecapixtla expusieron que los tres meses que duraron las pruebas preliminares del gasoducto, causaron estragos a la salud como dolores de cabeza, de oído, pérdida auditiva, vómito, estrés en los niños, entre otros. ​
“El agua que salía de la termoeléctrica era roja, no nos pueden decir que es un agua limpia porque trae materiales pesados y no cualquier planta tratadora puede eliminarlos, reto al señor presidente a que se tome un vaso de agua de esa que va a despedir la termoeléctrica”, retó una de las inconformes.​
Reiteraron que hay estudios científicos que prueban el riesgo que implica la introducción de gasoducto en la zona de influencia del volcán Popocatépetl y en lo que ahora ya es considerada como zona sísmica tras el movimiento telúrico de 2017.​