Por Leticia Villaseñor
Foto: Máximo Cerdio
Temixco, Mor., 22 de julio.- El reloj marcó las 9:00 horas, 17 morelenses se arremolinaron en la puerta principal del balneario de la Exhacienda de Temixco, hasta donde llegaría el autobús que los llevaría hasta el aeropuerto de la Ciudad de México para tomar el avión a Chicago y reunirse, después de décadas, con sus seres queridos. Pero el transporte no llegó.
Miriam García Silva, presidente de la Federación de Clubes Morelenses: organización que hizo las gestiones con el programa federal Corazón de plata para reunir a los migrantes con sus familias, iba de un lado a otro con dos celulares en busca de un transporte hasta que lo consiguió.
Nadie sabía a qué hora partía el avión y por lo tanto los 17 ancianos, 15 mujeres y dos hombres quienes nunca habían subido a un avión, ignoraban si llegarían a tiempo.
El dinero de los boletos de avión y los derechos y trámites de pasaporte y la visa lo habían puesto los propios hijos y una parte la Federación de Clubes Morelenses.
Una vez pasada la zozobra, do Elías Brito relató que iba a ver a sus dos hijos, César y Ramón, se fueron de mojados y trabajan como obreros en Chicago. Les ha ido bien, contó orgulloso, trabajan mucho y nos mandan dinero para sus casitas.
Elías viaja con su esposa Yolanda Gámez, quien dijo que iban por dos semanas, pero que se les hacia muy poco tiempo para estar con sus hijos.
Se nos está hace poco el tiempo. Qusiéramos estar un mes o más porque es mucho el tiempo que hemos estado separados, no veo el momento de abrazarlos a los dos, de decirles cuánto lo quiero. Para mí no han crecido, siguen siendo mis niños, mis muchachos.
El autobús llegó al aeropuerto después del mediodía, los ancianos accedieron a la sala de vuelos internacionales donde dos mujeres del gobierno estatal los esperaban con sus pasaportes: saldrían a las 3:15 PM hacia Chicago.
Una vez que se registraron hicieron fila india. Tuvieron que dejar con Míriam botellas de agua, jeringas, tortas, refrescos, manzanas y latas que habian comprado para el viaje porque la política de Estados Unidos no permite esos artículos, así sean por prescripción médica.
A pesar de eso, los paisanos iban contentos, repasando en su memoria los recuerdos de sus hijos, pensando en lo que les dirían cuando los volvieran a ver, a abrazar, a sentir, al menos por un instante, que nadie podría separarlos.
En dos meses más, la Federación de Clubes Morelenses va a llevar a otros 40 adultos mayores a reunirse con sus familias en Chicago, una ciudad que a pesar del racismos y de la política antiimigrante «trata bien al mexicano porque hacemos trabajos que nadie hace y siempre le hayamos a todo.
La Policía no se mete con nosotros, la migra no se mete con nosotros, creo sue poco a poco hemos ido ganando un respeto, al menos aquí, en esta ciudad , dijo Juan Seiva , presidente de la Federación de Clubes Morelenses, en entrevista desde la Ciudad de los Vientos.