Por Oswald Alonso
El último encuentro del edil de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, con el entonces secretario del ayuntamiento, Roberto Yáñez Moreno, ocurrió una semana antes del trágico-cómico rompimiento con el Partido Social Demócrata (PSD) y sus dueños los hermanos Roberto y Julio Yáñez Moreno.
Cuauhtémoc, producto de la corrupción política que encarna en una nueva clase política, se reunió en su oficina del ayuntamiento en privado con Roberto, el hermano mayor de los Yáñez.
Testigos de ese encuentro narran el enfrentamiento verbal que estuvo a punto de llegar a los golpes.
– “Te tienes que ir”-, le dijo Cuauhtémoc a Roberto.
– “No me voy a ir. Yo te traje”-, respondió Yáñez.
– “Tú no me trajiste, me trajo mi compadre Moctezuma”-, sostuvo el Cuauh.
– “No me voy”-, insistió Roberto.
– “Te vas a ir”-, espetó una vez más Blanco.
– “Te voy a partir tu madre”-, le advirtió Yáñez.
– “Nos la partimos wey, sé romperme la madre, ¡órale!”-, retó Blanco Bravo.
Este desencuentro viene a al caso y sustenta el origen de la corrupción que arrastra Cuauhtémoc Blanco atribuido a los hermanos Julio (diputado) y Roberto Yáñez Moreno, y también el PSD que administra el regidor cómplice Eduardo Bordonave Zamora.
Nos recordó la historia alrededor de su candidatura. Ya es de dominio público que Cuauhtémoc Blanco Bravo, violando la ley electoral, presuntamente firmó un contrato por 7 millones de pesos para registrarse como candidato a la alcaldía de Cuernavaca. El trato era muy sencillo: recibiría más de 700 mil pesos al mes hasta agotar la cantidad de 7 millones.
En la historia juega un papel importante Moctezuma Serrato, un exfutbolista morelense que ganó fama por algunos años, quien ahora es dueño de uno o dos bares de mediana categoría en la ciudad. Este hombre es el compadre de Cuauhtémoc, es el hombre clave para que aceptara ser candidato vía un contrato que según los juristas viola toda legislación electoral.
También de dominio público es que por alguna razón, Mocte, como se le conoce en Cuernavaca, tenía diferencias con Cuauhtémoc y los Yáñez porque no cumplieron el contrato en una de sus partes. Un porcentaje del contrato era para Mocte, sin embargo, la cantidad no se pagó, amenazaba con hacer público el documento ante el incumplimiento.
El día que tomó protesta el exfutbolista como edil, pasó algo que permite dimensionar el tamaño del conflicto por el contrato y la dificultad que representó en algún momento para los hermanos Yáñez la presión de Mocte.
Serrato se colocó en las primeras filas del acto oficial, esperó el final, se acercó con prudencia, se dirigía a su compadre cuando se topó con Roberto. Testigos aseguran que Roberto intentó evitar que Moctezuma llegara al Cuauh. Mocte respondió con un fuerte golpe que desbalanceó a Yáñez. “Te voy a partir tu madre”, habría dicho el Mocte a Roberto y siguió su camino.
De la charla con su compadre ya no sé, pero el tema habría sido el incumplimiento del contrato. Moctezuma debió haber recibido poco más de un millón de pesos de comisión, éste era el acuerdo incumplido.
En esta trágica historia de corrupción para la ciudad, Moctezuma Serrato juega un papel relevante. Claro está que el secreto, que ya es público, se lo llevará a la tumba, porque revelarlo de propia voz sería tanto como una confesión que podría llevar a su compadre a la cárcel, pero también nos da otra pista: los ciudadanos de Cuernavaca somos tan manipulables que la mayoría votó por alguien que para ser candidato fabricó una residencia inexistente, de ahí le siguieron una larga lista de mentiras y actos irregulares ya habiendo ganado la presidencia de la ciudad.
Cuauhtémoc Blanco es producto de la corrupción. Recordemos, los primeros tres meses en el ayuntamiento, Cuauhtémoc Blanco estuvo ausente. Las decisiones las tomaba Roberto, o en todo caso su representante José Manuel Sanz Rivera, a quien le crearon una Secretaria Técnica a modo, en realidad se trató de una mala copia de una vicepresidencia. El modelo, a la luz de la evidencia, no ha funcionado, es un desastre esa Secretaría al igual que su titular.
No dudamos de sus habilidades como representante, pero como servidor público ha dado muestras de no ser efectivo, al igual que Cuauhtémoc, quien fue un extraordinario futbolista, sin embargo como edil pasará a la historia como el presidente famoso que no pudo gobernar la ciudad ni cumplir a sus ciudadanos.
Otro hecho ilustra la ausencia de Cuauhtémoc. No hace mucho, hará unos 20 días, al Starbucks de Río Mayo llegó Cuauhtémoc Blanco, se formó, compró un café y se fue al rincón cual muñeca de trapo vieja, sucia y rota. Ahí estuvo unos minutos, se cambió de lugar pero más tarde se fue. Así como llegó se fue, solo, ausente de su responsabilidad.
La participación de empresarios en el gobierno del edil autista, no cabe duda, ayudará pero no garantiza cuando quien debe tomar decisiones sigue ausente de su realidad en espera de que concluya su mandato. Aunque una versión nada confiable que se difunde en los círculos políticos dice que Cuauhtémoc pedirá licencia en 15 días. Si esto toma seriedad, sería otro hecho terrible para la ciudad.
¿Tan difícil será gobernar esta ciudad?¿Nos merecemos este conflicto los habitantes de Cuernavaca?¿Podemos hacer algo para cambiar este destino?
Ojalá solo sea una mala información por el bien de la ciudad.