Por Moisés Sánchez

Jiutepec, Mor., 2 de octubre. –La unidad habitacional La Campestre no es una zona cero, pero en ella también hay damnificados. Los edificios uno y dos de la etapa 10 están rodeados de inmuebles habitables, esos dos son los únicos acordonados, desalojados y con grietas en varios puntos. Cerca de 32 familias se vieron obligadas a irse tras el sismo del pasado 19 de septiembre.

Algunas familias rentaban, lo cual les facilitó un poco el marcharse, sin embargo, otras pagaban un crédito. De los 32 departamentos que ahora están abandonados, uno es de Héctor Sánchez, quien se presenta desde hace 14 días afuera de su hogar, para cazar a alguna autoridad que llegue al lugar y así obtener una respuesta de lo que sucederá con su patrimonio.

Las opciones de Héctor son: ser apoyado por el Fondo de Desastres Naturales o los créditos que brindará el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) para otra vivienda o para tener liquidez en lo que se resuelve su situación, sin embargo, no sabe nada al respecto, ninguna autoridad se le ha acercado.

“Nadie nos da respuesta, ya tenemos dictamen, pero sólo acordonaron el edificio. No sabemos qué pasará, queremos una solución pronta, estamos a la espera de la ayuda”, lamentó.

El 19 de septiembre a las 13:14 horas, cuando la tierra crujió, Héctor estaba en su taller de reparación de llantas, sintió la intensidad del movimiento telúrico y se imaginó que habría consecuencias graves. Al llegar a su casa, sin ser experto en la materia, se percató que ya podría vivir ahí con sus tres hijos y su esposa, “todos los castillos del edificio estallaron y las escaleras se cuartearon”, contó Héctor.

Ese mismo día, Héctor y su familia tuvieron que sacar sus pertenencias. Ahora rentan, pero eso sólo los lastima económicamente, porque aún la estén pagando la casa que ya no pueden usar.

Él espera que los reubiquen o indemnicen, no obstante, con el ánimo disminuido, reconoció que la ayuda, por el panorama que impera en otras partes de la entidad, tardará en llegar, “no creo que sea pronto, vamos a seguir rentando porque no hay de otra. Esto es complicado, es incómodo y desgastante”, dijo mientras no dejaba de tocar su cigarro.

Por otra parte, los edificios que están a espaldas de casa de Héctor, los departamentos de la etapa 21, cuentan con dictámenes de que son seguros, sus dueños portan las hojas con firmas de miembros del Colegio de Ingenieros, pero, aun así, se sienten afectados.

Blanca Lilia Bautista, representante del edificio 14, declaró que la mayoría de personas huyó, por el temor de que otro sismo derrumbe las estructuras de hace casi 30 años. Que haya menos gente en la etapa 21 provocó el temor de que la delincuencia aumente en esa área, abundó Blanca.

A casi 96 kilómetros de la Ciudad de México y a 89 kilómetro de Axochiapan, epicentro del sismo de 7.1 de magnitud, Jiutepec no sufrió como otras localidades, pero murieron 5 personas, dos menores y tres mujeres, más de 500 personas estuvieron en albergues los primeros días, pero ahora sólo hay dos albergues y con pocos morelenses. Además, decenas de casas acabaron con daños.