Por Uzziel Becerra
Por fin hay nuevos consejeros electorales. Luego de algunos meses sin cuatro consejeros electorales, que debían ser nombrados desde febrero, la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) ha elegido a Norma Irene de la Cruz Magaña, Carla Astrid Humphrey Jordán, José Martín Fernando Faz Mora y Uuc-Kib Espada Ancona, de los 20 aspirantes finales elegidos por el Comité Técnico de Evaluación encargado de gestionar el proceso de elección de los consejeros que, luego de diversos conflictos políticos por el interés de las fuerzas políticas, pudo ser concluido con unanimidad de los legisladores participantes y validado por mayoría calificada de la Cámara de Diputados. La integración de las consejeras y consejeros electos reconfiguran al Consejo General (CG) del Instituto Nacional Electoral (INE) y brinda la oportunidad de aumentar el capital social de la autoridad electoral, apoyando la percepción ciudadana a favor de la confianza institucional del INE para bien de la democracia mexicana.
Debemos recordar que los consejeros electorales que salieron en abril por haber concluido su periodo en el CG son Pamela San Martín, Enrique Andrade, Marco Antonio Baños y Benito Nacif; los consejeros más próximos a salir son Adriana Favela, José Roberto Ruiz, Ciro Murayama y el actual Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, quienes dejarán el CG en 2023. Gracias a la renovación escalonada de consejeros electorales se puede garantizar la estabilidad de los trabajos al interior del INE, sin importar quién triunfe en los comicios y los cambios en la correlación de fuerzas políticas, apoyando así la autonomía constitucional de sus labores, mas no así sus afinidades propias o tendencias. Este hecho fue el punto central del conflicto que acompañó el proceso de elección de los nuevos consejeros.
Aunque la Ley señala que la renovación de consejeros electorales debía iniciar en febrero de este año, la contingencia sanitaria por la pandemia de SARS-CoV-2, que afectó todas las áreas y entidades del Estado, obstaculizó el cumplimiento de las fechas en que el INE conocería a sus nuevos integrantes. Sin embargo, el día 22 de julio del 2020 se pudo culminar dicho procedimiento de elección, por lo que el INE volverá a tener 11 integrantes en el CG, mismo que funcionó de abril a julio con 7 miembros, registrando un buen balance en cuanto al procedimiento, pero acompañado por la polémica en lo mediático. Dicho procedimiento exigía que fuera el Comité Técnico de Evaluación, un órgano apartidista y honorífico, la autoridad encargada de evaluar a los candidatos y elegir los mejores perfiles para integrar quintetas y enviarlas a la Cámara de Diputados, quienes deberían elegir en voto de dos terceras partes a los nuevos consejeros o, en caso contrario, se realizaría por insaculación a interior de la Cámara, o bien, en última instancia, por insaculación (sorteo) efectuado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Pero la negociación y el consenso posibilitaron que ese escenario no se cumpliera.
Finalmente, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó con 399 votos a favor, 5 en contra y 5 abstenciones el acuerdo de la JUCOPO por el que se eligieron a las consejeras y consejeros electorales del CG del INE. Por su parte, Lorenzo Córdova Vianello, Consejero Presidente del INE, celebró en redes sociales el consenso alcanzado por unanimidad de los grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados y felicitó a los nuevos consejeros electorales, lo que avizora una relación de respeto y apertura a integrar, de forma colegiada, la máxima autoridad electoral de naturaleza administrativa en el país, el Instituto Nacional Electoral.
No olvidemos que el proceso electoral del 2021 comienza en septiembre de este año, es decir que estamos a dos meses de iniciar la primera etapa del proceso en el que se disputarán 21 mil 368 cargos de elección popular, y en el que se redefinirá el peso de las fuerzas políticas en todo el país, puesto que entre ellos se eligen 15 gubernaturas. Sin embargo, la narrativa anticipada del fraude electoral que se construyó en franco conflicto con el INE, o al menos con quien ostenta su dirigencia, debilitó la confianza de la ciudadanía en la Institución. La asignación de los cuatro nuevos consejeros electorales podrá traer en consecuencia el fortalecimiento de la democracia en el país aportando capital social, confianza institucional y un feedback en las percepciones sociales del INE, así como aminorar la tensión entre la autoridad electoral y el Ejecutivo Federal.
Mario Delgado Carrillo, expresó en redes sociales que se “logró lo que parecía imposible, rescatar los tres verdaderos perfiles ciudadanos que estaban incluidos en las cuatro quintetas”. Además, sostuvo: “Que quede constancia que no entró un solo representante de MORENA, sino tres ciudadanos independientes y una representante del PRIAN”. En el mismo sentido (en el mismo bando), Ackerman sostuvo que al final del proceso de selección se actuó con intereses partidistas y fueron parciales en la conformación de las listas finales de 20 candidatos y la integración de las cuatro quintetas, precisamente por no haberse incluido a los perfiles de su preferencia en la recta final del procedimiento al interior del CTE. Otra de las voces críticas del proceso de selección y de la formación de las quintetas es el vicecoordinador del PT, Gerardo Fernández Noroña, quien además demandaba la reposición del proceso de evaluación de los 20 aspirantes que conformaban las quintetas; criticó que entre los aspirantes al Consejo General del INE apoyados por MORENA se encontrara Rita Bell López, a quien la relacionó con el PRI, expresando “No sé a quién se le ocurrió considerar a Rita Bell López, una priísta de toda la vida y lo peor, priísta de Oaxaca, ligada a Murat”.
En efecto, el fondo del conflicto al interior del Congreso se encontraba en la afinidad partidista; legisladores de MORENA consideraron que varios de los perfiles de los aspirantes que propuso el Comité Técnico de Evaluación eran hostiles con la “cuarta transformación”, lo cual se vio reflejado en la petición de invalidar y reponer el procedimiento de elección. Durante las entrevistas que se realizaron vía remota se buscó cuestionar (para bien y para mal también) esa afinidad con el proyecto de “cuarta transformación” (¿afinidad o sumisión al proyecto morenista?): ¿Por qué quieres ser consejera/o?, ¿Qué opina de la austeridad?, ¿Estaría dispuesto a ganar menos que el Presidente?, ¿Cree que vivimos en una democracia plena?; ¿Qué prácticas hay que erradicar? ¿A quién admira en la lucha democrática?, ¿Los consejeros tienen que ser actores en la vida política? ¿Cómo ve la compra del voto y el dinero ilícito?, fueron algunas de las interrogantes para los aspirantes a integrarse en el Consejo General del INE. De esa forma se puede entender el palomeo de Mario Delgado a tres perfiles y el tache de uno de ellos.
Para efecto de garantizar los principios constitucionales electorales de imparcialidad, independencia y objetividad, los perfiles de los consejeros electorales que constituyan al Consejo General del INE deberían estar totalmente alejados de las actividades partidistas, de las postulaciones a cargos de representación política como candidatos o aspirantes, y en general a cualquiera actividad que los involucre con los partidos políticos y la lucha por el poder público. Sin embargo, dichas aspiraciones en los hechos, de facto, son ilusorias y francamente ingenuas. En realidad todos los consejeros electorales tienen afinidades políticas, incluso vínculos personales e institucionales con tal o cual partido o personajes públicos, sin embargo, lejos de ser perjudicial, ayuda a entender que el éxito de una institución como el INE radica, no en alejarlo de la vida pública, sino en garantizar su equilibrio interno y la capacidad de negociación como autoridad colegiada en la que los consejeros actúan, no a título personal, sino que toman decisiones consensadas o al menos mayoritarias. Esa es su mayor virtud. La trayectoria y formación de los nuevos consejeros y consejeras se dio a conocer conforme a la perfilación que realizó el Comité Técnico de Evaluación y las entrevistas de la JUCOPO, y cuya información rescatamos de la síntesis elaborada por “El Universal”:
Norma Irene de la Cruz Magaña es licenciada en Periodismo por la UNAM, tiene un Master en Gestión del Mantenimiento de la Paz por la Universidad de Turín, Italia. Desde 1994 ha sido capacitadora electoral en diversos comicios; fue coordinadora de observadores electorales en Misiones de Observación Electoral de la Unión Europea desde 2005 al 2019, acompañando procesos internacionales de transición democrática tras guerras civiles y referéndums en diversos países, lo cual le otorga de una visión internacional de los procesos electorales que bien puede enriquecer la perspectiva de los procesos electorales nacionales y el papel del INE, por el que expresó “…ese IFE innovador que estaba haciendo cosas muy interesantes, por muchos años fue un referente internacional. Aquí encontramos una disociación, fuera de México tienes un Instituto que es respetado y al interior (del país) hay otra visión de duda sobre el Instituto. No puede haber esa disociación, debemos tener un Instituto que sea un orgullo para los mexicanos, capaz de generar consensos”.
Carla Astrid Humphrey Jordan, es licenciada en Derecho y cuenta con un doctorado en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid. Su experiencia electoral inicia en el Instituto Electoral del Distrito Federal, y hasta ahora se había dedicado a ser directora general adjunta de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Su experiencia en el rastreo y bloqueo de recursos de recursos de procedencia ilícita en el Grupo de Acción Financiera de la UIF podrá auxiliar bien al INE en las labores de fiscalización de partidos políticos y candidatos. En palabras de Humphrey, “es importantísimo que candidatos a funcionarios públicos no lleguen con ligas con el crimen organizado o recursos ilícitos y se conviertan en los funcionarios públicos por los que la gente votó. Es muy importante eliminar las ligas con el crimen organizado y los recursos ilícitos sean público o de actividades ilícitas”.
José Martín Fernando Faz Mora, tiene estudios de licenciatura en Filosofía por la Universidad Abierta de San Luis Potosí, ciencias de la Comunicación y Administración de Empresas, y cuenta con una maestría en Derechos humanos y Democracia por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Fue consejero electoral del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de San Luis Potosí, lo cual le brinda de experiencia en la gestión de diversos procesos electorales locales, aportando la visión federalista de las autoridades electorales y enfatizando la importancia de armonizar los trabajos de los Organismos Públicos Locales y el INE.
Uuc-Kib Espadas Ancona es cuenta con estudios de licenciatura y posgrados en Comunicación, historia y Antropología Social respectivamente; es el consejero con más afinidades de carácter político-ideológico por haber sido diputado federal y miembro fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD). “No les pido que confíen en mis virtudes, sino que confíen en mis defectos, soy un tipo que a lo largo de su vida nunca he podido disimular mis preferencias políticas partidistas (…) cuando las he tenido las he abrazado, proclamado y militado”, señaló cuando fue cuestionado por los legisladores respecto de su militancia y carrera política.
De esa forma, las trayectorias, experiencias múltiples y estudios de diversas disciplinas sociales que aportarán los nuevos consejeros y consejeras electorales auguran que el INE será fortalecido en esta reconfiguración, a veces tortuosa y conflictiva, pero que al final fue negociada en pleno consenso, de forma unánime en la JUCOPO, beneficiando el equilibrio al interior del Instituto Nacional Electoral, la democracia mexicana y su calidad como organismo constitucional autónomo, que tiene a su cargo la más importante condición democrática de todas: garantizar elecciones libres, auténticas, periódicas y competitivas, conforme a los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, objetividad, y equidad; condiciones para la transferencia pacífica del poder político. Sin esa garantía la lucha por el poder volvería a ser, como lo fue antes de la creación y autonomía del IFE – INE, una lucha violenta con derramamiento de sangre.
*Representante del CEA de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas en Morelos. Secretario de Asuntos Políticos en el Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública Sección Morelos. Consejero Universitario de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAEM. Auxiliar Jurídico en el Corporativo Jurídico Paredes. Representante de Morelos en el Consejo Nacional Universitario.