Canjean pistola usada en la Segunda Guerra Mundial; el arma estuvo en custodia por tres generaciones.

Por Justino Miranda

Jorge Guzmán Pineda llegó temprano al zócalo de Cuernavaca con una mochila a sus espaldas. Escuchó los discursos del inicio del programa “Sí al Desarme, Sí a la Paz”, y después se formó en la fila para canjear un arma de fuego.

De la mochila sacó una pistola calibre .9 milímetros, de fabricación alemana, utilizada en la Segunda Guerra Mundial. Su entrega al Ejército fue consensuada con su abuelo, custodio de la pistola por herencia de su padre.

Jorge abrió el programa de canje de armas en Cuernavaca.

Su arma fue colocada sobre la mesa y de inmediato algunos comandantes de la Policía Morelos admiraron la pieza por su conservación, limpieza y, sobre todo, antigüedad.

“Sí, es un arma alemana y la usaban los oficiales de la URSS. Es una Magnum 9 mm. Es la primera (pistola) que les dieron a los oficiales del Ejército alemán”, dijo Jorge.

¿Y cómo sabes todo eso?

“Porque mi abuelo me lo contó. Ayer me dijo ‘ve a cambiarla, a ver qué te dan’, porque pensó que no iban a dar efectivo, que sólo sería un cambio así”, relató.

Los oficiales de la 24 Zona Militar, responsables de recibir las armas y adjudicar un valor, dieron a Jorge 10 mil 300 pesos, cuyo dinero sería para comprar alimentos y pagar un poco de deudas. “Ya cayó un billete mínimo para alimentarnos”, expresó.

Guzmán Pineda contó que esa arma llegó a las manos de su abuelo por entrega de su tatarabuelo, un hombre que trabajaba la jardinería en una residencia de La Marquesa, en la CDMX. El tatarabuelo contó a su hijo que el arma perteneció a un militar veterano quien se la dio a cambio de jornadas de trabajo.

“Mi abuelo me contó que el dueño de la residencia fue militar y coleccionaba armas y esa arma se la regaló a mi tatarabuelo por trabajos realizados de jardinería”, contó Jorge.

Sobre el programa “Sí al Desarme, Sí a la Paz”, Jorge consideró que sí sirve por la incidencia y la violencia que se vive en el estado, sin embargo, confió en que no quería entregar el arma porque era un regalo y su valor sentimental era muy alto.