Por Oswald Alonso
La llamada democracia representativa, no es más que los partidos políticos representados en el Poder Legislativo (una curul), origen de lo que en una verdadera democracia se conoce como pluralidad.
La pluralidad dicen los estudiosos de la ciencia política sirve –desde un Poder Legislativo (en Morelos no Ocurre)- como contrapeso a las decisiones del otro poder, dígase presidente del país o gobernador de un estado. De ahí su importancia en el sistema de gobierno, sistema que hemos visto en los últimos años, no sólo no evoluciona sino que involuciona.
Ejemplos, los casos de corrupción en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (La Casa Blanca), o qué decir de los casos de los gobernadores de Veracruz, Quintana Roo o Chihuahua, o el de Coahuila con Rubén Moreira, a este último un testigo en un juicio en una Corte de Estados Unidos lo acusa de haber recibido de la organización criminal Los Zetas, una camioneta Suburban repleta de maletas con dólares. Esto no es democracia ni pluralidad.
Los poderes legislativos en México han perdido esa posibilidad: Democráticos, plurales y críticos. En cambio se han convertido en cómplices del otro poder repartiéndose la riqueza vía un presupuesto. Como ha dicho recientemente un analista: “Entonces, entre mayor pluralidad y democracia más corrupción”.
Esta tesis empieza a verse cada vez más acentuada o evidente. El caso de Morelos es digno de estudio. Ayer jueves los diputados morelenses mostraron que nos son ni plurales, ni democráticos, menos transparentes.
Sesionaron en privado, sin acceso a periodistas, con un acuerdo previo entre ellos de no difundir la lista de puntos a tratar en la sesión. La sesión no se transmitió vía internet como se hace cada vez que se convoca; el área de comunicación social, órgano oficial encargado de difundir la información pública de lo que ahí en sesión se aprobó, la guardó con el argumento de que no se enteraron de lo que en sesión privada se aprobó. Opacidad, no tiene otro nombre este fenómeno.
Nadie se enteró de lo que ahí hicieron los diputados. Todos los temas que un Poder Legislativo aprueba o desaprueba son de interés público y tienen que transparentarse, de ahí la necesidad de que toda acción de los diputados sea publica, más una sesión donde sin debate parlamentario se aprobó un paquete de créditos para el gobierno, una nueva ley del Instituto de Crédito que abre la posibilidad de capitales privados, un banco del gobierno estatal. También, se aprobó el cambio de luminarias de Cuernavaca en un esquema de privatización, en los tres casos, no se sabe más porque lo aprobaron en privado, sin testigos, y los que estuvieron ahí firmaron un pacto de sangre para evitar se filtrara la información.
En el fondo creo que lo deshonesto de los diputados, no solo es su falta de democracia, transparencia o rendición de cuentas, sino a la nueva forma que han inaugurado para sesionar a resguardo de la policía.
Han pasado por lo menos 12 horas de que sesionaron, su silencio se hace cada vez más grande, nadie informa nada, nada es nada. Ningún diputado ha expresado algo, una pisca de información o por lo menos desvergüenza. Para que nos demos cuenta del tamaño del problema. Ha sido el gobernador quien ha informado de lo que en sesión pasó.
Desde su cuenta en redes sociales nos avisó a los ciudadanos que los diputados habían aprobado un crédito para tapar el boquete financiero que dejó a su paso la caída en las participaciones federales. Por él nos enteramos, también que, los diputados modificaron la ley del Instituto de Crédito para los Trabajadores del Gobierno del Estado. Una compañera periodista escribió en las redes sociales que el gobernador Graco Ramírez había sido su vocero.
Lo que más desilusiona de esta nueva forma de sesionar en el Congreso Local es la falta de un debate sobre los temas de una agenda entre esa pluralidad representada en el Poder Legislativo.
Lo que ayer sucedió nos debe poner a pensar a los que votamos porque para ser más claros, ni cuando el PRI controlaba el Congreso Local sesionaron así, menos ocultaron la agenda. Cuando el PAN, por varias legislaturas controló un sistema parlamentario no se le observó ocultar una agenda pública, insisto, menos sesionar en privado sin testigos de sus actos.
La corrupción no solo se da cuando alguien desde el ejercicio público toma recursos públicos para beneficio propio o de terceros, también ocurre cuando no hay rendición de cuentas de tus actos.