Por PlayGround
La llaman la droga que deja a las personas como zombis. La popularidad de la marihuana sintética, que se consume cada vez más en Estados Unidos, ha dejado el segundo muerto por consumo en Illinois, según informó el Departamento de Salud Pública del Estado.
Los hospitales de Illinois llevan contabilizados 56 casos de sangrado -a través de vómitos, ojos u oídos- después de que personas consumieran la peligrosa sustancia. «Continuamos viendo un aumento en el número de casos», señaló Nirav D. Shah, director del Departamento de Salud de Illinois, en un comunicado. “Instamos encarecidamente a todos a no usar cannabinoides sintéticos”, concluyó.
El cannabinoide sintético, comercializado bajo el nombre como K2 o Spice, se vendía como alternativa legal y segura a la marihuana en tiendas. Desde hace dos años, diferentes Estados y el Gobierno Federal toman medidas para prohibir la sustancia. Algunos ingredientes son desconocidos y la receta es la hierba con un cóctel de productos químicos. No obstante, las autoridades sanitarias han ido detectado en sangre algunos nombres como brodifacoum, un pesticida mata ratas que bloquea los receptores de las células para evitar que absorban la vitamina K y en dosis altas frena la coagulación de la sangre.
En Nueva York, el New York Times alertó sobre una crisis de salud pública y el repunte de la droga entre las personas sin hogar. El K2 existe desde hace años pero su consumo ha pasado a ser un grave problema. Ante las restricciones en establecimientos legales, aumentan los distribuidores ilegales en las calles. En 2015 hubo 6.000 visitas a la sala de emergencias de hospitales de la ciudad y dos muertes debido a esta droga, según informa el medio estadounidense.
«Es como una escena de una película de zombies, una escena horrible», le contó un residente al periódico. Describía cómo los consumidores se tambalean, caen al suelo o se apoyan luchando contra la gravedad en postes de luz. El Departamento de Salud Pública de Ilinois ha advertido: «no son seguros y pueden afectar el cerebro mucho más poderosamente que la marihuana; sus efectos reales pueden ser impredecibles y, en algunos casos, más peligrosos o incluso potencialmente mortales». Entre enero de 2010 y noviembre de 2015, 456 personas fueron ingresadas en hospitales por culpa de los cannabinoides sintéticos.