Por Oswald Alonso

Tlalnepantla, Morelos a 16 de mayo.- Cuando doña Lupe supo que hubo balazos adentro del ayuntamiento, dejó sus quehaceres y salió corriendo para saber de su nieta Aranza.

Subió las escaleras, se dirigió a la oficina donde trabaja y la sacó del ayuntamiento. Antes de bajar pasó frente a la Tesorería. Ahí yacía inerte Jenny Sánchez Ramos, tesorera del ayuntamiento, quien minutos antes había recibido impactos de arma de fuego luego de que un grupo armado penetró y robó una caja con 600 mil pesos.

“Todavía movía los ojos como pidiendo ayuda”, dijeron trabajadores del ayuntamiento que alcanzaron a ver a Jenny antes de bajar a la explanada de la plaza pública, donde se congregaron todos después de los hechos, sin que nadie llamara a los servicios de emergencia para que su compañera recibiera ayuda médica.

Asustadizo, el edil  electo bajo las siglas del PRD, Fausto Rubio Pillado, reunió a su colaboradores también en la plaza pública donde terminó de enterarse de lo sucedido; el cuerpo de la tesorera seguía en el suelo, sola, nadie prestó ayuda. El lago hemático se extendía.

Después de varios minutos, dos compañeros bajaron caminando al Centro de Salud para pedir ayuda. Hasta el ayuntamiento llegaron médicos con una camilla pero la joven tesorera de 28 años ya había fallecido.

 

El Comando

Los habitantes de Tlalnepantla, municipio enclavado en la zona alta del estado, no saben con certeza a qué hora pasaron los hechos. Lo que si cuentan es que, alrededor de las 11 de la mañana, un comando de seis hombres armados tomó el control de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, desarmaron a los policías, les quitaron sus radios y cortaron la línea telefónica.

Después tomaron como rehén a un elemento, el cual guió a tres de los seis criminales a las oficinas de la tesorería donde se encontraba la titular Jenny Sánchez Ramos. Una vez dentro pidieron la caja con el dinero.

Hasta ahora nadie sabe con exactitud qué paso después, pero trabajadores aseguran que “uno de los criminales se regresó y le disparó; otros piensan “quizá reconoció a alguien y por eso la mataron”.

En la confusión los seis criminales huyeron en dos camionetas con logotipos oficiales de alguna procuraduría estatal, nadie pudo identificar de qué entidad. Lo que si observaron fue que tomaron rumbo a Tlayacapan, sin embargo, la población acusa que la policía estatal llegó media hora después del crimen lo que posibilitó el escape del comando.

Al lugar arribó el Comisionado estatal de seguridad, Jesús Alberto Capella, quien fue retenido por varios minutos por unos 200 habitantes que exigían la detención de los responsables. Ahí Elizabeth Ramos madre de la víctima, espetó a Capella: “yo sé quién mandó matar a mi hija… fue ‘El Hongo’, el alcalde”.

El comisionado logró salir del pueblo después de prometer que el próximo miércoles regresará para informarles el avance de las investigaciones. Por lo pronto, el control de la seguridad fue asumido por la policía estatal y el Ejército mexicano.

 

Las amenazas

En el mes de marzo la joven tesorera puso a los ciudadanos en antecedente  de los excesos del edil perredista Fausto Rubio.

En una asamblea pública en el Barrio de Santiago, pidió ayuda: “el edil está desviando. Me pidió 400 mil pesos diciendo ´tú ves como los justificas´, ahora yo tengo que justificarlos; les pido que me ayuden porque me ha amenazado con quitarme sino lo hago”.

En la misma asamblea, cuentan los que asistieron, fue reprimida por el propio contralor municipal. ‘Estas cosas no se deben discutir aquí’, habría advertido el funcionario municipal afín al presidente municipal. De las amenazas habría sido enterado el secretario de gobierno del estado Jorge Messeguer Guillén .

Los amigos y familiares de la tesorera aseguran que  el edil a quien apodan “El Hongo”, ya había amenazado a Jenny. Recordaron que en el proceso electoral pasado tocó al Barrio de San Nicolás poner al candidato a la presidencia mediante los usos y costumbres, pero fue obligado por el Barrio de San Felipe a instalar a Jenny como tesorera para evitar que cometiera actos de corrupción, lo que finalmente ocurrió, acusan.

Un dato surge de entre la historia que marca a este municipio como un lugar de conflictos sociales. Jenny, era hija de Gregorio Sánchez, asesinado en el sexenio de Sergio Estrada Cajigal, durante un operativo de las Policías Ministerial y Preventiva para dispersar a dos grupos políticos. Uno, el de Gregorio exigía la renuncia del entonces edil del PRI, «La Zorra».

Foto: ciudadanos.mx