Redacción SL
Cuernavaca, Mor., 8 de diciembre.- Del interior de la casa, donde la Policía Morelos realizó un operativo contra supuestos integrantes del crimen organizado, surgieron voces de suplica para pedir tiempo y vestir a niños antes de salir con ellos para su rendición.
La carpeta de investigación cita que todo ocurrió la madrugada del jueves 30 de noviembre en la casa número 238 de la calle Francisco I Madero, colonia Rubén Jaramillo, municipio de Temixco.
En ese lugar los elementos de la Policía Morelos dispararon contra los moradores bajo el argumento de que repelieron un ataque a balazos, y mataron a cuatro mujeres, un adolescente y una bebé de dos meses de edad.
Los audios fueron presentados por la defensa de siete detenidos en la audiencia de Vinculación a Proceso, el pasado sábado, para reforzar el uso excesivo de la fuerza y el multihomicidio, dijo abogado Juan Manuel Cuéllar.
Son tres llamadas telefónicas donde se escucha la voz del adolescente Carlos “N” pedir en voz alta unos minutos porque están cambiando a un niño. También se oye a una mujer, identificada como Brenda Elena, nuera del José Alberto Valdez Chapa, “El Señor de la V”, supuesto líder del Cartel del Sur, detenido en esa casa.
El Comisionado de Seguridad, Jesús Alberto Capella Ibarra afirmó que Valdez esta implicado en el crimen de un agente de investigación de la Policía Morelos, en diciembre de 2015.
“Digan que ya se van a entregar para que quede grabado”, se escucha al interlocutor identificado como Pedro.
En otro momento del audio Carlos le comenta al receptor “están de mamones que nos van a matar”.
A decir de la defensa la llamada se realizó alrededor de las 3:40 horas del día 30 de noviembre cuando la casa de la familia Valdés fue allanada por elementos policiacos portando armas de grueso calibre, para buscar a hombres armados y con personas privadas de la libertad, según una denuncia que recibieron.
Al final del audio Carlos le dice a su interlocutor que luego de varias ráfagas sobrevivieron “mi papá, pelón, Justin, Vanesa, Brenda, Pichi, yo, mi papacito estamos bien, que estamos bien pues”.
La juez de Control, Nancy Aguilar Tivar, desestimó la prueba de audio porque, dijo, la defensa no presentó los número de los teléfonos móviles, no identificó a los propietarios y tampoco presentó la “sábana” de las llamadas de la compañía de telefonía celular.
La irrupción
El pasado 30 de noviembre, según el reporte oficial, los elementos de inteligencia fueron alertados sobre la presencia de presuntos criminales en el lugar mencionado, quienes presuntamente estaban armados y a bordo de varias camionetas de lujo.
Al arribar al lugar, dice el informe oficial, los sujetos corrieron al interior de la propiedad, los últimos que entraron fueron “El Señor de la V” y su hijo José Antonio presuntamente armados.
El informe oficial dice que uno de los policías tomó por el hombro a José Alberto pero éste logró derribarlo al interior de la casa, y por eso sus compañeros policías corrieron a su auxilio. En ese momento los moradores de la casa dispararon contra los oficiales y éstos repelieron la agresión y se registró el intercambio a balazos, según el parte oficial.
Los policías ingresaron a la casa y antes de la puerta principal, cercana a la cocina, hubo otro intercambio de disparos y tras varios minutos de enfrentamiento los presuntos criminales se rindieron. Éstos fueron “El Señor de la V”, sus hijos José Antonio y Carlos Alberto, Brenda Elena y Gilberto “N”, un amigo de la familia.
En el enfrentamiento murieron Faustina, madre del presunto delincuente, su esposa Camelia, sus hermanos María del Rosario y Diego, su hija Leticia y una menor de dos meses de edad.
Según el reporte, cuando los sujetos se rindieron salieron de un baño con otros seis menores de edad.
Al interior del baño encontraron los cadáveres de las cuatro mujeres, un menor de 14 años y en el pasillo a la bebé.
Los cinco detenidos fueron dejados en libertad por las inconsistencias entre el parte oficial y los dictámenes periciales presentados por la Fiscalía General del Estado, en el que se estipuló que ninguno de los involucrados en el enfrentamiento, víctimas, policías y detenidos, dieron positivo a la prueba que determina si accionaron un arma de fuego.
Sólo cuatro de más de 200 cartuchos percutidos calibre .38 mmm súper recogidos en la escena del crimen coincidieron con una de las dos armas que encontraron en el lugar, pero de los 30 casquillos calibre 9 mm, ninguno coincidió con el arma localizada en uno de los cuerpos de las mujeres fallecidas.
Tampoco hubo coincidencia con más de 100 casquillos calibre 5.56, usados por los elementos, con las cinco armas entregadas a la Fiscalía por la Comisión Estatal de Seguridad.
El fiscal general Javier Pérez Durón advirtió que apelará el fallo del juez al estimar que sí hay elementos de prueba que demuestra que los imputados agredieron a los policías, pero esperarán el resultado de más pruebas en proceso.