Acusaron a la iglesia católica de proteger a pederastas.

Redacción SL

La marcha de mujeres en Morelos sembró a su paso airadas consignas contra los feminicidios, el abuso sexual de menores de edad y la exigencia a tener una vida libre de violencia, sin temor a ser atacada por ser mujer o enfrentar restricciones en sus denuncias.

El contingente superó las cinco mil participantes y la mayoría pintó sus demandas en cartones, lonas y pancartas, aunque también las usaron para tratar de cubrir ante las cámaras los actos vandálicos contra restaurantes, edificios públicos y la iglesia de El Calvario.

En este último punto las integrantes del “bloque negro” encararon a un grupo de católicos antiabortistas que custodiaban la imagen de la virgen de Guadalupe y las puertas del recinto religioso.

Los religiosos dirigieron sus rosarios y crucifijos al cielo mientras elevaban plegarias en busca de un escudo espiritual que ahuyentara a los manifestantes, sin embargo, las feministas aumentaron el nivel de sus gritos y acusaron a la iglesia católica de proteger a pederastas.

Enseguida un grupo de mujeres con martillos y otros objetos pesados sortearon la valla instalada por los religiosos para llegar a una puerta de la iglesia y vandalizarla. También arrojaron agua a los católicos en señal de purificación con “agua bendita”, mientras que los católicos, en su mayoría personas adultas, izaban sus rosarios y crucifijos.

Antes el grupo de choque de las mujeres rompió cristales del Centro Morelense de las Artes, campus Edificio Victoria.

Las manifestantes siguieron su curso hacia el centro de Cuernavaca y en su trayecto atendieron contra la antigua sede del Congreso de Morelos, cuyo inmueble está abandonado.

Una vez en zócalo derribaron la barricada instalada por las autoridades y rompieron los vidrios de las ventanas del palacio de gobierno. También quemaron las cortinas y eso provocó la intervención de la Policía Morelos para arrojar gases lacrimógenos a las manifestantes, y así disolver la protesta.

“Si miraras por nuestros ojos gritarías igual”, rezaba una pancarta que llevan una joven de unos 17 años de edad, y a su paso otra joven colocó en una pancarta la foto de su menor hija Ariana Romina y la acompañó con la leyenda: “Me quitaron a mi hija y me quitaron el miedo”.

La marcha concluyó poco después de las 17:00 horas en esta entidad, situada entre los primeras del país con mayor número de feminicidios. El año pasado cerró con 35 feminicidios y en este año suman cuatro, aunque la cifra de homicidios de mujeres es de 18, en lo que va del año.