Por Oswald Alonso

CUERNAVACA, Mor., 30 de junio.- El juez Jesús Valencia Valencia fue cesado como coordinador de la Unidad de Reinserción Social y en su lugar nombraron a Lucio Hernández Gutiérrez, ex director del reclusorio varonil en la Ciudad de México.

En sus primeras declaraciones dijo no temer a mensajes con cuerpos mutilados como ocurrió recientemente donde presuntamente un preso colocó afuera de la cárcel de Atlacholoaya, un cráneo humano con un mensaje donde se autonombró dueño del penal.

“Me he enfrentado con los perores narcotraficantes del país, pónganle el nombre que ustedes quieran, en la experiencia que tenemos en diferentes cárceles, y nunca hemos trabajado con el mínimo de los temores.

“Trate a muchos, conocí a todos (narcotraficantes), he sufrido atentados pero no me han ‘abierto’ de este trabajo”. El nuevo funcionario también dijo que en las cáceles siempre habrá corrupción pero para el caso de los centros de reclusión de Morelos prometió acabar con la impunidad que existen y acabar con la introducción de drogas, animales exóticos y aparatos electrónicos.

Lanzó un mensaje a las organizaciones criminales: “Algo sí les puedo dejar muy claro, en una cárcel no puede haber autogobierno y nos enfrentemos a lo que nos enfrentemos, no vamos a permitir autogobierno”.

Anunció que habrá una revisión pues los cambios siempre son necesarios. Por lo pronto, se anunció que habrá un reforzamiento de las medidas de seguridad en los penales y con ello, espera, un cambio que mejore.

Al anunciar el cese de Valencia Valencia, el gobernador Graco Ramírez dio una radiografía del sistema penitenciario y aseguró que antes las organizaciones delictivas controlaban los penales donde custodios son parte de la red de complicidades.

Incluso, acusó que los inhibidores colocados en el Centro de Readaptación Social (Cereso), de Atlacholoaya, eran desactivados con un “diablito” que el director del penal controlaba; también cámaras de video-vigilancia que no eran usadas.

Narró que a su llegada localizaron que la compra de alimentos era un negocio al grado encontrar comida enterrada para generar la compra de más alimentos. Ahí, además anunció que este año el gobierno federal iniciará la construcción de un nuevo penal en el oriente de Morelos y se concluirá en dos años, lo que generará el cierre de las cárceles distritales, sólo Atlacholoaya seguirá funcionando, dijo.

Foto: Tony Rivera / ciudadanos.mx