Por: Uzziel Becerra
“El principio del fin”, así llamó el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, a la
llegada de la vacuna contra el covid-19 a territorio nacional, mostrando optimismo y
esperanza para la población, al tiempo en que se presentó la campaña nacional de
vacunación consistente en cinco etapas que buscarán completarse en marzo del 2022. Por
lo anterior, aunque la estrategia busca comunicar esperanza a la población, los riesgos de
contagios seguirán latentes y siendo un desafío enorme a la administración pública
federal, así como los escenarios epidemiológicos en las entidades federativas, más aun
cuando las fiestas decembrinas impulsan a la gente a consumir a toda costa.
El año 2020, a punto de concluir, empezó con la noticia de una misteriosa enfermedad en
la ciudad de Wuhan, China, misma que parecía una realidad lejana, que sería difícil de
contagiar al resto del mundo occidental, pero el virus nos alcanzó. El SARS-CoV-2 o Covid-
19 (por gestarse a finales de 2019) logró contagiar primero a Europa, golpeando Italia,
Reino Unido y después a América; la globalización y la facilidad de transportarnos de un
país a otro posibilitó que las personas fueran portadoras del virus que ha logrado
contagiar a millones de personas alrededor del mundo, convirtiéndose en pandemia. En
México ya superamos las 120 mil muertes por Covid-19 y el millón 350 mil casos
confirmados. La enfermedad llegó para quedarse, pues la naturaleza del virus permite
afirmar que acompañará a la humanidad como en el caso de la influenza o cualquier otro
virus.
Todas las industrias farmacéuticas del mundo comenzaron los esfuerzos para desarrollar
la vacuna, con avances significativos y otros quedando solo en faceta de investigación. Los
científicos habían dado seguimiento a la secuencia genética del virus, por pertenecer a la
familia de coronavirus; había precedentes de su comportamiento. Pfizer, BioNTech,
AstraZeneca, universidades como Oxford y diversos centros de investigación comenzaron
la carrera por el desarrollo de la vacuna, así como la aprobación de las pruebas en
humanos. Tanto la tecnología de Pfizer/BioNTech como la de Moderna/NIH se basa en
información genética del coronavirus para que las células humanas fabriquen proteínas
del virus sin riesgos a las defensas del organismo, y así desarrollar la respuesta inmune al
virus, mismas que fueron catalogadas como descubrimiento científico del año, fruto de
décadas de investigación, según recalcó el director de la prestigiosa revista Science.
Y en esa recta final, con Pfizer a la delantera, se le suman las realizadas por Novavax,
CanSino, Janssen, AstraZeneca, CureVac y Sputnik V, con las que el gobierno mexicano ya
se encuentra en proceso de negociación y aprobación por la COFEPRIS. De esa manera las
expectativas del plan de vacunación nacional se verán favorecidas en México y algunos
países, puesto que hasta el momento son pocos los países que han logrado apartar
vacunas, alrededor de 9 mil millones de las 12 mil millones producidas ya están
reservadas, según información de El País. Lo anterior permite entender que, en efecto, las
desigualdades estructurales seguirán ensanchándose, ahora en cuanto al rubro de
protección y procuración de la salud.
Regresando a México, desde la pista del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México
(AICM) Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, señaló que la campaña de
vacunación y distribución de la vacuna será un esfuerzo muy grande, siendo nuestro país
uno de los primeros países en recibir la vacuna producida por la empresa internacional
Pfizer, a petición del presidente de la República. “México, con esto, es uno de los 10
primeros países del mundo en tener acceso a la vacuna, cosa que reconocemos a Pfizer y
desde luego a DHL (empresa de transporte). Entonces somos uno de los primeros 10, que
esa fue la instrucción del presidente, ya llegamos a ese primer objetivo. Segundo, que
tengamos acceso suficiente, el convenio con Pfizer son más de 34 millones y se está
trabajando con otras vacunas, entonces habrá el abasto suficiente para el plan que
desarrolló el sector salud, esto significa que será universal y gratuita”, expresó Ebrard al
momento de la recepción de las primeras vacunas.
Por su parte, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, garantizó ante los medios de
comunicación que el gobierno federal tiene los recursos reservados para la compra de la
vacuna contra el coronavirus, contando con mil 659 millones de dólares en reserva y
blindados ante las variaciones del tipo de cambio. “La parte más importante es
asegurarles a los mexicanos y dependencias que los recursos que se necesiten están aquí,
ya los tenemos apartados, los tenemos reservados. Y si por alguna razón requiriera
aumentar la escala de este ejercicio nosotros vamos a hacer espacio fiscal suficiente para
ello. No existe mayor prioridad para el país, hoy, que tenerlos recursos garantizados para
la vacuna y que esta pueda aplicarse para el beneficio de los mexicanos”, expresó Herrera.
Debemos recordar que, tras la reasignación de facultades al interior de la Secretaría de
Salud Pública, el subsecretario López-Gatell tendrá a su cargo la coordinación de la
distribución de vacunas, con la dirección de la COFEPRIS, y que ésta será exclusivamente
responsabilidad de este organismo federal, por lo que presentaron el plan de vacunación
consistente en cinco etapas, mismas que iniciaron este jueves y se prevé su conclusión
(demasiado optimista) en el primer trimestre del 2022.
En la primera etapa, que abarca de diciembre del 2020 a febrero del 2021, será el personal
de salud quienes serán vacunados; de febrero a abril del 2021 serán vacunado el personal
de salud restante y personas de más de 60 años; de abril a mayo del 2021 serán
vacunadas personas de 50 a 59 años; personas de 40 a 49 años de mayo a junio de 2021;
el resto de la población menor a 40 años serán la última etapa, que abarca de junio del
2021 a marzo del 2022, por lo que toda la población joven, adolescente y menores de
edad serán los últimos en recibir la vacuna. No obstante, dentro de cada bloque serán
priorizadas las personas que tienen enfermedades crónicas y comorbilidades.
Pese a que el plan de vacunación es optimista, la realidad es que las causas que lograron
reproducir el contagio del virus en el mundo serán las mismas que impidan que la
pandemia concluya con rapidez. El flujo amplio de personas alrededor del mundo, gracias
a las consecuencias de una globalización en constante avance, imposibilitarán que los
países puedan asegurar a sus habitantes inmunidad a causa de una vacuna; la realidad es
más compleja que un plan de vacunación nacional o estatal. El virus seguirá presente,
especialmente en países donde los sistemas de salud son deficientes, desiguales y con
poca capacidad operativa. México no se encuentra lejos de esta descripción, pero el
esfuerzo gubernamental se valora sin precedentes, lo que busca generar confianza en que
se lograran los objetivos planteados por la presente administración.
Lo que no se puede controlar es la conducta de la población. Estas fechas decembrinas
corroboraron que la gente seguirá seducida a cumplir sus impulsos consumistas antes de
prevenirse de ser contagiado por la enfermedad; plazas públicas, centros y plazas
comerciales, calles, tianguis y locales fueron abarrotados para satisfacer la necesidad de
consumo de la población. Lo anterior fue razón suficiente para que en la Ciudad de México
y en Morelos la autoridad estatal tuviera que regresar a decretar semáforo rojo y la
suspensión de actividades no esenciales. Nuevamente las condiciones de rebrote y
retorno a confinamiento obligatorio dependieron de las reacciones populares, y en ese
contexto se seguirá gestando la crisis sanitaria (aún estamos en ella).
Aunado a lo anterior, la insistencia del monopolio en la distribución de la vacuna por parte
del gobierno federal puede leerse como una irresponsabilidad o bien como resultado de
un balance bien meditado. En primer lugar, la posibilidad de que el sector privado pueda
distribuir y comercializar la vacuna ayudaría a que la población accediera de forma mucho
más rápida a vacunarse y garantizarse la salud, pero desfavorecería a las personas que no
pudieran sufragar el gasto de vacunarse. Por otro lado, el hecho de que el gobierno
federal monopolice la distribución de la vacuna funciona como mecanismo de blindaje
ante la posibilidad de que farmacéuticas fraudulentas vendan y apliquen vacunas sin
certificaciones o “piratas”, como sucede hoy día con la venta de cubrebocas o
medicamento falso, así como fortalecer la idea de que el gobierno actúa con justicia
distributiva, poniendo piso parejo para todos los habitantes.
En ese sentido, el reclamo de los gobiernos estatales es constante, especialmente los
abanderados por la oposición política, al verse excluidos en la estrategia nacional de
vacunación y al imposibilitárseles participar de la distribución de vacunas. Lo anterior es
razón suficiente para que se alegue en la opinión pública de que existan motivos político-
electorales detrás del monopolio en la distribución de vacunas y la exclusión de
autoridades locales; todos los reflectores y aplausos se los llevará, como se ha planeado,
el gobierno de López Obrador y su gabinete, mientras que las consecuencias de la falta de
disciplina en las medidas de prevención de contagios, a causa de las fechas decembrinas y
las compras de fin de año, son atribuidas a los gobiernos locales, responsabilizándolos del
cambio en los semáforos epidemiológicos.
La realidad seguirá imponiéndose, y el virus seguirá presente en la vida diaria de todos los
mexicanos y de todas las personas en el resto del mundo. No hay forma de que una
estrategia de vacunación prospere si no cuenta con coordinación y respaldo de la
comunidad internacional. Aunado a ello, si los gobiernos locales no se comprometen a
continuar las medidas de prevención, y si la población sigue desafiando las posibilidades
de contagio, aún con la esperanza de una vacuna que les proteja con inmunidad, el
escenario epidemiológico seguirá siendo desfavorable, sumando centenas de muertes a
causa del Covid-19. Veamos la llegada de la vacuna como una oportunidad de seguir
cuidándonos y fomentando la prevención de contagios, pues aún falta mucho camino por
recorrer en esta batalla contra el coronavirus.
*Consejero Universitario de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAEM.
Representante del CEA de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas en Morelos.
Secretario de Asuntos Políticos en el Colegio Nacional de Ciencias Políticas y
Administración Pública Sección Morelos. Representante de Morelos en el Congreso
Nacional Universitario.