Redacción SL

Cuernavaca, Mor., 12 de abril.- Unos 300 feligreses de la congregación Jericó, de corte evangélico, situado en el municipio de Tlayacapan, norte de Morelos, realizaron una kermés en desacato de la contingencia sanitaria por el desarrollo del Covid-19.

El evento fue censurado por sus vecinos de la comunidad de San Andrés Cuauhtempan, quienes obligaron al síndico municipal de Tlayacapan, Erasmo Mendoza Pedraza, acudir a la colonia Jericó y clausurar la iglesia por el alto riesgo que significan las concentraciones de personas en estos momentos.

El síndico ordenó la clausura de la iglesia evangélica e instó a los feligreses a retirarse a sus hogares y así lo hicieron, pero los habitantes de San Andrés retuvieron a la autoridad municipal porque acusaron que el municipio expidió el permiso correspondiente para la celebración de la kermés.

Por unas tres horas el síndico municipal Mendoza Pedraza estuvo retenido por los habitantes en la explanada de esa comunidad, y exigieron la presencia de la presidenta municipal Carmen Pochotitla.

Tiempo después llegó la alcaldesa y abrió un diálogo con los habitantes y tras una hora y media prometió revisar si hubo autorización oficial para la kermés y en ese supuesto sancionaría a los responsables.

Aseguró asimismo que ya no habría eventos de este tipo porque se encuentran prohibidas por las autoridades federales debido a la contingencia sanitaria y con esas promesas logró la liberación del funcionario municipal.