Por Antonella Ladino

AXOCHIAPAN, Mor.- Por las calles de la cabecera municipal, colindante con el estado de Puebla, se escuchan los gritos de niños, en su mayoría de entre tres y diez años, que corren de un lado para otro. Se divierten porque para ellos no ha iniciado el ciclo escolar debido a que sus escuelas están cerradas por los padres de familia que exigen la erradicación de las cuotas escolares.

La protesta de los padres de familia comenzó en junio pasado cuando conocieron que por ley todas las escuelas públicas del estado deben recibir el equivalente a tres salarios mínimos por el total de alumnos, para suprimir las cooperaciones o cuotas escolares.

Entonces determinaron impedir el inicio del ciclo escolar y constituyeron el “Movimiento Luchando por una Educación Gratuita”, para exigir al Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) en envío de los recursos, pero además acusar que los directores de cuatro secundarias y un preescolar condicionaban el pago de 200 pesos, en las primeras, y 100 pesos en preescolar, para tener derecho a la inscripción.

Con el cierre de las secundarias y el preescolar suman casi 2 mil 500 alumnos sin clases, jugando en las calles o aprendiendo en sus casas con la ayuda de sus hermanos mayores.

Pero Sarahi Hernández, una niña de cinco años de edad, extraña la escuela y la enseñanza de su maestra Norma, a quien identifica por sus aretes pequeños. A ella le debe, dice, su aprendizaje de lectura y escritura; “también me enseña a realizar dibujos”.

Ante la ausencia de clases, Sarahi ocupa una silla de madera en el patio de su casa y en un momento se recuesta entre los brazos de su madre, Araceli, para repetir los números del uno al seis. La niña luce cansada, bosteza y con una mano talla su cabello dividido en dos coletas. Con semblante de aburrimiento repite  «uno, dos, tres, cuatro…”.

Su madre asegura que en casa Sarahi muestra tristeza cuando ve que su hermana mayor acude a la escuela primaria «Tlahuilli», ubicada en el centro de ese municipio, donde no fue condicionado el pago de las cuotas escolares. Ella le enseña a Sarahi en el patio de su casa.

Sarahi acude al preescolar «Salvador Novo” desde hace dos años pero desde lunes fue cerrada por los padres de familia. «Mi escuela esta cerrada”, dice. ¿Extrañas a tus amigos? «Sí, me gusta ir a la escuela porque allá me divierto más», expresa.

Su amiga Esther de cinco años también está sin clases y también recibe la instrucción escolar de su hermana mayor Nicole de 9 años que va en cuarto año de primaria.

Las hermanas repasan las vocales, los números y dibujan frutas y arboles, mientras sus padres vigilan que la menor atienda las instrucciones.

El padre de familia, José González, dice que no puede pagar los 100 pesos de cuota porque como albañil gana mil 100 pesos a la semana para mantener a tres hijos y a su esposa, además de un cuarto niño que viene en camino. “Hay veces que sólo trabajo dos semanas al mes y no puedo con todos los gastos, por eso creo que deben desaparecer las cooperaciones obligatorias”, afirma.

Tania Rodríguez Sotelo, representante del “Movimiento Luchando por una Educación Gratuita” afirma que si el gobierno aspira a tener escuelas de calidad debe comenzar por quitar el peso de las cuotas obligatorias, restaurar las escuelas y contratar maestros de inglés y computación. Ante la escasa respuesta de las autoridades el movimiento se sumó a la protesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), aunque ellos buscan la erradicación de las cooperaciones obligatorias.

En la escuela los padres de familia manifiestan su inconformidad porque desde noviembre de 2014 el Congreso de Morelos aprobó incluir en el presupuesto anual una bolsa superior a los 60 millones de pesos, para suprimir las cuotas escolares y solventar las necesidades escolares más apremiantes a inicios del ciclo escolar.

La reforma considera el mejoramiento del mobiliario e instalaciones, el mantenimiento preventivo y reparaciones menores, o la adquisición de artículos indispensables para el funcionamiento de la escuela, exceptuándose las obras de infraestructura educativa”, cita el artículo 4 de la Ley para erradicar la obligatoriedad de las cuotas escolares en las escuelas públicas…”.

Para atender la demanda de los padres de familia, el IEBEM envió el jueves a Manuel Alejandro Abúndez, supervisor de la zona escolar 18, y Sergio Chavez Torres, jefe de departamento de Convivencia Escolar. Los dos expusieron a los padres de familia que la próxima semana será resuelto su problema por el director del IEBEM, Fernando Pacheco Godínez.

También les dijeron que las cuotas son voluntarias y en caso de que un padre de familia acepte pagar 50 pesos o menos, la escuela deberá aceptarlo porque no es obligatorio.