´Por RECORD

El domingo por la noche, mientras Nick Foles lideraba a Philadelphia Eagles a una inesperada victoria en el Super Bowl LII sobre New England Patriots en Minneapolis, la escena en su ciudad, a más de 1.000 millas de distancia, era de júbilo, caos y celebración.

La gente empezó a salir de bares de deportes, departamentos y casas para una celebración que llevaban esperando 58 años. Se lanzaron fuegos artificiales, los conductores hacían sonar el claxon, los jóvenes y mayores acudían a la calle Broad, el emblemático escenario donde pronto se celebrará un desfile para conmemorar el primer título de deporte profesional que gana la ciudad desde que los Filis ganaron la Serie Mundial en 2008.

“La ciudad se lo merecía. Es una gran ciudad, y ahora tenemos un Super Bowl para acompañar”.”, dijo Lou Potel, de 66 años, que celebró una fiesta en su casa junto a Broad, antes de sumarse a la fiesta mucho mayor al aire libre. 

“No podíamos perdernos esto. Es una experiencia única en la vida”, recalcó Dustin Seidman. 

“Esto es lo más grande. Confiaba en que lo lograran antes de que yo muriera, y lo lograron”, festejó Campitelli, vestido con la camiseta de Wilbert Montgomery, exjugador de Eagles.