Por Justino Miranda
Tres Marías, Mor., 16 de enero.- Desde hace dos semanas el frío es inclemente con los habitantes de esta comunidad situada al pie del corredor Ajusco-Chichinautzin. Las aguas de reposo amanecen con capas congeladas de hasta 12 centímetros y sus campos de pino oyamel, lucen arboles erizados de hielo.
Pero lo que más preocupa a autoridades y vecinos es la situación que enfrentan las familias de los barrios de Cristo Rey y El Tezoyo, porque su única defensa ante el frío es una casa construida con Tejamanil, una especie de hoja de madera; forrada de cartón y techado con de láminas de cartón o galvanizado.
“Esos lugares son muy fríos en la zona alta de Morelos, hay mucha pobreza y vive mucha gente humilde”, dice la señora Ana Isabel Hinojosa Arizmendi, habitante de Tres Marías, la comunidad que visitan los automovilistas en su trayecto hacia a Acapulco para comer quesadillas y otros antojitos mexicanos.
El titular de la Comisión Estatal del Agua (Ceagua), Juan Carlos Valencia, indicó que las temperaturas más bajas se presentarán en los altos de Morelos, y serán cercanas a los 0°C, mismas que podrían derivar en heladas puntuales al amanecer.
“Durante el día el ambiente será ligeramente cálido, pero a partir de las últimas horas de la tarde, noche, madrugada y parte de la mañana se sentirá el descenso de la temperatura”, precisó.
En Tres Marías sus habitantes enfrentan una de las temporadas invernales más fuertes de los últimos años; este frío es mas fuerte que en noviembre y diciembre, comenta Ana Isabel.
“Los que tenemos chimeneas tuvimos que conseguir leña para prender fuego y calentar la casa, porque llegando las seis de la tarde el frío es mas fuerte y no se diga a las 9 de la noche, necesitamos un café caliente para el cuerpo. Luego como a las 10 u 11 de la noche prendemos a chimenea para que permanezca caliente la casa”, cuenta.
Tres Marías, zona limítrofe con la Ciudad de México, es sitio donde el sol cae a plomo pero en estos días el sol no calienta, quema. “Como a las 9 o 10 de la mañana se siente rico porque llega el sol caliente pero quema, ya no llega como antes. Antes salíamos a calentarnos, ahora quema, se siente sobre la ropa. Nos abrigamos mas, aquí siempre andamos con un chaleco, pero después el suerte, chamarra, bufanda, guantes de tela y luego guantes de latex”, dice.
Otro de los riegos para los más de 4 mil 500 habitantes de esta comunidad es el uso indiscriminado del Tlecuil, un especie de estufas de leña que lo mismo se usan como calentadores, que como sitios de cocina. la mayoría de ellos tienen una pequeña chimenea para expulsar el humo pero mucha gente se enferma por el humo que se queda al momento de quemar la leña y guisar.
“Hay mucha gente que todavía guisa en Tlecuil, y aunque no sea pobre, pero aun todavía dicen que tienen una cocina de humo. Ahí calientan agua y hacen tortillas”, afirma Ana Isabel.