*Obispo convoca a delincuentes a a deponer las armas y a tener amor por sus hermanos.
Por Antonella Ladino
El obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, denunció que algunos funcionarios de Cuautla conviven con integrantes del crimen organizado lo que frena el desarrollo de los pequeños negocios, por lo que los invitó a volver a la comunidad de la que se han alejado.
En su mensaje con motivo de la Marcha por La Paz que encabezó en Cuautla, gobernado por el alcalde Jesús Corona Damián, uno de los ediles investigados por la FGR por presuntos vínculos con el crimen organizado organizado, el obispo sostuvo que Morelos vive una situación compleja porque el ser humano ha traspasado límites inauditos de violencia y criminalidad, y aunque las autoridades hacen esfuerzos para encontrar soluciones, todavía falta mucho por hacer.
El municipio dio muestras de su elevada incidencia delictiva con el feminicidio de una mujer, representante de un grupo de usuarios del río Cuautla, perpetrado ayer por la tarde.
“No es posible la convivencia entre algunos servidores públicos y el crimen organizado, cuánto frena el desarrollo de pequeños comerciantes y qué dolor cuando dueños de pequeños negocios se ven obligados a dar buena parte de sus frutos económicos a personas sin escrúpulos que los amenazan, golpean o los matan y por eso ante esta realidad nos duele Morelos, porque está herido”, subrayó.
El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano pidió a Dios conceda a aquellos servidores públicos que aman al pueblo la sabiduría para saber servir y encontrar esa seguridad que tanto se necesita.

Asimismo, llamó a las personas que se dedican al crimen organizado a volver a la comunidad de la que se han apartado y que este mensaje no llegue solamente a las personas que tienen autoridad, sino aquellos que son el germen de esta violencia.
Frente a los feligreses vestidos de blanco, el obispo señaló que el 92 por ciento de los delitos de alto impacto no se denuncian y esa radiografía no viene de las autoridades sino del pastoreo que realizan desde la iglesia.
“Sentimos su dolor y vivimos su angustia, y vemos lo que al pueblo le esta pasando; enfrentan el dolor, la impotencia ante el crimen organizado, la impunidad y la inseguridad, que es por lo que hay esa violencia, y en esta parte del estado que es la extorsión. En el camino varias personas me dijeron, ‘estamos cansados de esa extorsión y de ese derecho de piso’, y las madres buscadoras están encontrando obstáculos para conseguir sus objetivos”, expresó Ramón Castro.
Más adelante, acusó que la impunidad mantiene a Morelos en uno de los Estados más violentos e inseguros del país.
El pueblo, agregó, está cansado de ser víctima y de trabajar para dar el fruto de su trabajo a los delincuentes, y rechazó que los campesinos y ganaderos paguen al crimen organizado por su trabajo.
Castro Castro hizo un llamado insistente a la delincuencia y dijo que en la iglesia hay una madre con los brazos abiertos y un padre que hace fiesta. Vean a sus paisanos y amigos que sufren, por eso los invitamos a deponer las armas y a tener el amor por sus hermanos no dejen que las redes del mal los asfixien porque se puede vivir de otra manera y no solamente obteniendo dinero sucio por la extorsión y la venta de droga.
Castro Castro se pronunció por trabajar desde la familia y recordó las palabras del Papa Benedicto: “El compromiso por la paz nace del respeto por la vida, el compromiso por la paz tan fundamental en un mundo desgarrado por la violencia comienza en el respeto incondicional por la vida del hombre; queremos paz defendamos la vida”.
San Juan Pablo segundo decía “no puede haber paz sino hay verdad”, la violencia está impregnada de mentira, y necesita la sinceridad y la verdad, indicó el obispo Ramón Castro.