Redacción SL
Cuernavaca, Mor., 18 de junio.- La generación 2017-2020 en las escuelas secundarias de Morelos acuñó un lema que responde a los tiempos aciagos en los últimos años: “entramos con un sismo (2017) y salimos con una pandemia”. Esas contingencias, dice Alfonso Julio Vique López, director de la secundaria 9, seguramente forjará su carácter y fortalecerá su espíritu para enfrentar adversidades.
En Morelos concluyó la asesoría Aprende en casa y la evaluación se realizó con los siete meses concluidos, además de los tres últimos fuera de aulas por la pandemia.
La experiencia que dejó esta parte del ciclo escolar, dice el director de la secundaria Ermilo Abreu Gómez, de Cuernavaca, fue grata porque algunos maestros pegaron cartelones en las escuelas para avisar cambios, otros dieron clases a domicilio, aprovecharon las redes sociales, las aplicaciones de video y las llamadas por Zoom y con estas herramientas ofrecieron contenidos adicionales durante casi tres meses.
Los alumnos por su parte generaron portafolios de evidencias, algunos los revisaron a distancia y otros serán observados en agosto o septiembre cuando regresen a las aulas si así lo disponen las autoridades.
Vique López dice que los maestros tuvieron suficiente información para realizar las escalas estimativas basadas en conocimiento, aptitud e interés mostrados por el alumno en esos siete meses y de manera general en estos tres meses. Con esos recursos hicieron la evaluación definitiva.
“No hay exámenes finales a distancia. Hay una orientación institucional porque el alumno es quien menos debe verse perjudicado con esta situación”, dice el director.
Hijo de una familia de profesores, Vique afirma que la segunda etapa del año escolar fue complicada porque la pandemia los separó de las aulas pero eso generó el reto de atender a los alumnos a distancia. «No estábamos preparado para la comunicación a distancia, aprendimos a la mala, nos metimos a la tecnología para llegar a ellos. Tristemente no se logró legar a todos, la SEP dice que se llegó el 80% pero nosotros decimos que fue como del 65%, especialmente en las zonas suburbanas y rurales. En algunas zonas de plano los alumnos desertaron, se fueron a buscar empleos ante la necesidad de comida para su familia», cuenta Vique López.
Ahora, dice, el reto es abrazar a los alumnos y al parecer todas las escuelas están organizando una ceremonia de graduación virtual para que los alumnos pueda despedirse, los maestros y no se pierda el protocolo de fin de curso.
«Soy de las escuelas que se sienten contentas y satisfecha de hacer todo lo que estuvo a nuestro alcance. Hicimos llegar despensas a los niños de mayor vulnerabilidad. Tuvimos comunicación directa con los alumnos en Whats App y al concluir las clases les dejamos mensajes de aliento, reflexión, poesía y hubo muestras fuertes de padres de familia. Ahora aprendimos a valora a los padres de familias», dice Vique.